Llegan las "Celestial Guardian" a G-Shock

En el evento del 35 Aniversario de G-Shock en China (el pasado día 10) Casio anticipó una serie de modelos, que se lanzarán como ediciones especiales, entre los que estaban G-Shock x Hotdog (GA-100CX-4A y GAW-100CX-4A) o las ya conocidas versiones de Nigo x K.Ibe. Pero las más llamativas (o una de ellas, con el permiso de la de Nigo) son estos Celestial Guardian, que se compone de cuatro versiones distintas de otros tantos modelos: en azul para el Azure Dragon (GA-500CG-2A), blanco para el White Tiger (GA-700CG-7A ), rojo para el Vermilion Phoenix (GAW-100CG-4A) y negro, en el Black Turtle (GA-800CG-1A).

Aunque todos son llamativos en sus colores, el negro (GA-800) es enormemente espectacular, además con el acierto de incorporar un display a color en positivo, con fondo anaranjado.

La opinión de Adan respecto al Rangeman GPR-B1000

No se esconde Adan cuando confiesa que el GW-9400 Rangeman es uno de sus modelos de G-Shock favoritos (lo hemos visto con él en múltiples ocasiones), y por ello que G-Shock haya tenido la feliz idea de lanzar su "peso pesado", el GPR-B1000, bajo esa denominación y de esa serie (la Master of G), pues ha sido "miel sobre hojuelas", y todos los amantes y simpatizantes de G-Shock deben estar sin duda contentos por eso.

Adan, como "portavoz" -sin quererlo o sin buscarlo, pero indudablemente por méritos- de G-Shock en España, como creador e impulsor del Comando G, y como una de las voces más autorizadas para hablar de esta marca en nuestro país, es la persona que más atentamente escuchan los que visten G-Shock y cuyas opiniones, por todo ello, tienen una relevancia mucho mayor entre los que llevan relojes de G-Shock que cualquier otra valoración venida de otras partes.

Cualquier tiempo pasado fue... ¿¿¿Mejor???

Ayer defendíamos el GPR-B1000 frente a todos sus rivales, dando argumentos sólidos y cuantitativos de lo que es este reloj y de lo que supone. O sea, argumentos palpables. Hoy, vamos a defender lo que para muchos parece que es indefendible: a la Casio de ahora.

Y es que parece que algunos entrenan para tontos y nos quieren hacer tontos a nosotros. Se empeñan en un recurrir constante y "martilleante" a una inexistente realidad de antaño que solo y únicamente lo fue en su imaginación, pero no en la calle. Y para demostrarlo, cojamos cualquier catálogo de Casio de la época, por ejemplo, y ya que hablamos de los tiempos de G-Shock, el de 1984, cuando G-Shock acababa de aparecer y Casio tenía muchas de sus marcas completas. Vamos a ello, preparaos porque esto va a ser fuerte y va a haber violentas sacudidas a muchas conciencias retorcidas, así que poneros el cinturón.

Tu reloj de "niño grande"

Cuando eres pequeño el mundo se hace muy grande. Pero de mayor pasa todo lo contrario, y cosas como tu barrio, que era toda tu vida, se vuelve minúsculo. En mi caso el viaje en tren, para salir de mi pueblo a la ciudad, me parecía toda una aventura. Parte de ese camino lo recorro ahora por sus vías, extinto el tren a las aldeas, se ha convertido ahora su caja en una vía turística.

Algo similar ocurre con los relojes. El modelo digital que teníamos de pequeño nos resultaba completísimo en funciones, a veces no llegábamos a explorarlas (ni a entenderlas) todas. Suficiente teníamos con lograr saber el funcionamiento del cronógrafo, y poder detenerlo y resetearlo.

En espera del Casio AMW-720

Hace este mes un año (bueno, al mercado llegaría un poco más tarde) que Casio confirmara el lanzamiento del AMW-720, el ana-digi dentro de Collection con caja de acero -y opción de armis, además- que vendría a reforzar esa línea de modelos (como la Marine Gear) dentro de Outgear. Lleva ya bastantes meses en Estados Unidos, y de momento no parece que Casio esté por la labor de sacarlo de allí. Es una auténtica lástima porque lo esperábamos para dentro de pocos meses tras su llegada a USA, y de momento no se sabe nada de él.

El modelo, como ya dijimos en su día, es muy completo y además incorpora la tecnología de larga autonomía de Casio (pila de larga duración), pero de momento por aquí ni se le ve, ni se le espera. Una pena.