Conozco multitud de modelos de Casio, pero aun así hay algunos que no dejan de impresionarme. Entre ellos se encuentra sin duda el reloj que te informaba de la intensidad de radiación ultravioleta que estabas recibiendo (sí, en una época, los ochenta, donde eso de la radiación y los diferentes niveles de intensidad, así como la protección del bronceador, era cosa sólo de algunos "frikis"), del cual quizá hablemos en alguna otra ocasión. Este modelo que os traemos aquí es también de esos años ochenta en donde Casio hacía de todo, y podías tener en tus manos prácticamente cualquier invento futurista que se te antojase. Obviamente, no estaba al alcance de mucha gente (la mayoría teníamos un humilde "F", y gracias), pero la miniaturización que habían alcanzado los japoneses en sus diversos sensores y placas era asombrosa, y no en vano por aquéllos años se decía mucho la popular frase de "los japoneses hacen lo mismo, pero más pequeño".
El Casio TM-100 que os traemos hoy aquí es uno de esos relojes muy adelantado a su época. Ciertamente ahora está superado (incluso mi reproductor MP3 ya hace eso), pero piensa que para que algo así se generalizase a día de hoy han tenido que pasar casi treinta años, lo que da una muestra de la espectacularidad de los modelos Casio de entonces.
