Escuchaba ayer las quejas de una profesora de matemáticas y no podía menos que sentirme, en parte, bastante preocupado. Más que nada porque la sección de calculadoras (o el negocio de calculadoras, como queráis llamarlo) dentro de Casio es una parte de sus productos que me encantan, valoro, y creo honestamente que merece la pena darlos a conocer. Porque no solo aportan un bien en sí mismos, al ser útiles y cumplir una función, sino que ayudan en gran manera al conocimiento, estudio y habilidades de las personas, sean estudiantes, profesionales, o aficionados.
Esta profesora de la que os hablo suele llevar consigo un buen "lote" de calculadoras Casio a sus clases. Como durante el año puede dar clases en varios centros o academias, las acaba repartiendo a un gran número de alumnos. Obviamente, las calculadoras las usa como apoyo para los alumnos, y también lógicamente, se las presta, no se las regala (aunque con el paso del tiempo algún que otro alumno se quedó con la calculadora y no se la devolvió).