Portada del número correspondiente a julio de 1983 de la Revista Aeronáutica Imagen: Ministerio de Defensa de España
"...este artículo no pretende sustituir los sistemas de navegación autónoma de a bordo por una calculadora de bolsillo programable, sino dar una ayuda adicional al navegante para que pueda efectuar comprobaciones sobre fiabilidad, del sistema de a bordo, y poder determinar en caso de duda o la aparición de una avería inadvertida su estado de utilidad (...) según los resultados de la programación".
Así concluía el interesante reportaje que, con título similar al que encabeza este post, relataba M. A. González Perez, a la sazón Capitán Ingeniero Técnico Aeronáutico. Estamos en el año 1983, y se trataba de la Revista de Aeronáutica y Astronáutica.
La revista estaba llena de jugosos artículos literarios. Es una suerte que el Ministerio de Defensa conserve aún estas cosas. Imagen: Ministerio de Defensa de España
Esa revista era una pasada. No solo trataba temas militares, sino que además entroncaba con muchos otros e interesantes asuntos de la actualidad tecnológica y astronáutica. Vamos, para los que améis el mundo de la aviación se convertirá seguro en un tesoro. Por ejemplo, la descripción que hace el coronel Leocricio Almodóvar Martínez sentado en la primera cabina durante un vuelo instrumental es digna de cualquier película o novela de aventuras. Leed:
"Sobrevolamos Los Alcázares. De pronto, la pista 05 de San Javier apareció delante de nosotros y más baja de lo que era deseable. '¡Vamos largos!'. Largos para ir derecho, pero cortos para intentar abrirnos hacia la derecha, ponernos paralelos a la pista, establecer un punto desde el que virar a la izquierda y aterrizar en la dirección 23 contraria a nuestra marcha. 'Vamos a sacar el tren de aterrizaje'. 'De acuerdo'. Puse la manecilla abajo, quité el cortorcicuitos del tren y tiré con fuerza de la empuñadura de la manecilla de emergencia que está a la izquierda. Notamos el soplido del aire a presión saliendo por las tuberías. Oímos ruidos de pestillos y compuertas. Golpes, indicadores de las ruedas en rojo. Transcurrió un tiempo que me pareció eterno. Por fin, una luz verde... otra, y... ¡otra! 'Perfecto'. 'Aquí detrás, también las tres en verde'".
Estamos hablando de gente experta, pilotos auténticos que pilotan aviones de combate. El texto dura varias páginas, y es todo así, lleno de detalles técnicos, de cosas y elementos que sólo sabes cuando realmente has estado sentado en un avión de ese tipo, en su cabina, a sus mandos...
También tenían mucho protagonismo lo último en tecnología, como simulares de vuelo, o las calculadoras programables. Imagen: Ministerio de Defensa de España
Pero bueno, no quería hablaros de eso, sólo era un entrante para que viéseis sobre qué nivel de "revistaza" estamos aludiendo. Volvamos al inicio: la cuestión es que el capitán ingeniero antes mencionado se saca de la manga ni más ni menos cómo programar un vuelo -ahí es nada- con pelos y señales recurriendo a una calculadora de Casio de la época (insisto: estamos hablando de julio de 1983, acababan de aparecer los G-Shock), condiciones de vuelo, cálculos de ruta, y etc., para un vuelo Sevilla-Gando (3726N-0546W/2750N-1529W), con "viento de 60 nudos en ruta anticiclónica". Una auténtica pasada, vamos.
Si sois frikis de estas cosas, u os encanta la navegación aérea o el mundo de la aeronáutica, el Ministerio de Defensa aún mantiene (por fortuna) todos estos tesoros a salvo y, lo mejor, a disposición gratuita de todo aquel interesado. Así que tenéis números para correr y "tirar millas". Éste en concreto lo podéis descargar desde aquí.. Disfrutadlo y feliz travesía.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Alucino con las cosas que sois capaces de encontrar. Gran documento que mezcla aviación con calculadoras.
ResponderEliminarGracias. La verdad es que utilizar una calculadora para esas cosas es algo que pocos se imaginan, y que demuestra la potencia de cálculo que realmente poseen.
EliminarGrande. Inmenso. Espectacular.
ResponderEliminarMil gracias por este artículo y a ver si mañana encuentro un rato para explicaros por qué me ha llegado tanto este texto. Mil gracias, Zona Casio. De verdad. :-D
Gracias a ti, Cockey. A ver si nos lo cuentas que nos has dejado con las dudas :)
EliminarBuenos días de domingo a todos.
ResponderEliminarSiento no haber podido desarrollar más el otro día lo que apuntaba acerca de este más que excelente artículo. Hoy que es domingo aprovecho para contaros un poco lo que me sucedió cuando lo leí por primera vez hace muuuuchos años.
El caso es que servidor, junto con otros dos compañeros de clase frikies hasta la médula (que en los años ochenta, lejos de la masividad de la electrónica posterior, significaba básicamente abrir mucho la boca delante de escaparates, de las fotografías de revistas y programas de televisión que si te los perdías ya no tenías oportunidad de volver a saber de ellos), consiguió hacerse con lo que fue para muchos la puerta de entrada al universo de la magia: un Sinclair ZX Spectrum (39.900 pesetas la versión de 16 kb, 52.000 la de 48 en una època en la que 100.000 pesetas mensuales era un sueldo más que envidiable y al alcance de muy pocos).
El caso es que, a diferencia de lo que pasa hoy, la disponibilidad de documentación no estaba tan al alcance de cualquiera y las posibilidades de compartir información se limitaban a la gente que conocías de tu barrio, así que lo que te llegaba venía en formato impreso en revistas que, especialmente en sus inicios, eran básicamente revistas de programación. Y si querías que tu caja cuadrada te mostrara algo en tu TV tenías que programarlo a base de días y días de darle a un teclado de goma. En ese ambiente cayó en nuestras manos un curioso programa: Fighter Pilot de Digital Integration, algo que parecía imposible que cupiera en esos 40 y pocos kilobytes: un simulador de vuelo en tu casa. Cierto es que apenas tenía gráficos (se suponía que eran vectoriales pero hoy en día, acostumbrados a lo que estamos, apenas veríamos unos puntos y unas líneas, pero el grado de realismo en su instrumentación hizo que se publicaran varios artículos en revistas del momento para enseñarte cómo realizar navegación instrumental con el programa, una calculadora, una hoja de papel milimetrado, un círculo graduado, una regla y un lápiz.
Varios años después, ya expertísimos casi casi preadolescentes en navegación instrumental a bordo de nuestros Spectrum y con fugaces sesiones en los IBM PC del instituto (eso sí que estaba vetado económicamente del alcance de los mortales) con programas en diskettes de 5 1/4 que, parte gràfica aparte -aqui ya podías vislumbrar algo en 3D remotamente parecido a un avión en algún momento-, no superaban en exceso ese programa original en el que nos habíamos desarrollado como Top Guns virtuales (esa peli cayó justo en ese preciso momento y contribuyó, tal vez en exceso, en nuestra vida profesional posterior, pero ésa ya es otra historia).
ResponderEliminarEl caso es que unas fotocopias de calidad cuestionable cayeron en nuestras manos un día donde se hablaba de navegación instrumental sobre calculadoras programables, justo como la que se acababa de comprar uno de nosotros (no yo; en mi casa no estábamos para tantas alegrías) y con la que tantas veces nos adelantábamos a los cálculos que hacían nuestros profesores de física o matemáticas (qué paciencia tenían esos buenos hombres con nosotros visto ahora con perspectiva). Evidentemente nos lanzamos los tres el viernes tarde -estas cosas se hacían ese día- a programar los cálculos y a meternos en una sesión de vuelo instrumental realística donde las hubiera -un Spectrum y una Casio programable; ya les hubiera gustado contar con eso en la NASA hacía unos años para ir a la luna-basada en los datos que nos pasaba esa Casio con sus programas recién escritos. No voy a entrar en detalles técnicos ni a confesar si conseguimos alguna vez una buena alineación de pista o si disfrutamos con glotonería de los campos de cultivo aledaños de la base de Edwards hasta que pulimos un poco el código, pero eso poco importaba: se había abierto la veda y no pararía hasta que, algunos -bastantes- años más tarde tres compañeros de hacía tiempo acabaron por azares del destino, defendiendo ante una comisión técnica gubernamental, su proyecto de desarrollo de la versión nacional del simulador de vuelo de lo que en aquel momento aún tenía poca forma física y que hoy se ha convertido en el caza más avanzado de nuestra industria continental, pese a no haber contado después con nuestra ayuda (o precisamente gracias, no lo sé, a no haber contado con nuestra colaboración en su desarrollo pues nos vapulearon la gigantes del sector en la contratación, cosas del mercado y probablemente también del factor técnico en el que menos formación teníamos, en el del marketing).
Volviendo al artículo, el material germinal de esta batallita fueron tres amigos, un Spectrum, un programa "de juegos", una calculadora programable Casio -siento no recordar su nombre- y unas fotocopias. Unas fotocopias que curiosamente eran del mismo articulo que hoy ha rescatado ZonaCasio para que a un curtido veterano le haya rodado una lagrimita virtual de alegría. Gracias como siempre, ZonaCasio, y a toda la comunidad de este blog. :-)
Increíble Cockey. Eso demuestra firmemente lo útiles que eran este tipo de artículos, aunque obviamente eso era como una "invitación" que luego cada uno llevaba hasta donde le dejaran sus medios (o pudiera su inteligencia).
EliminarGracias por compartirlo, la verdad es que ha sido una feliz casualidad, ciertamente.
Estoooo... perdón por saturar de esta manera el blog ahora que veo esto publicado. No he podido contenerme. :-D
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