Los relojes digitales (y sobre todo los de Casio) tienen fama de ser muy longevos, y en efecto lo son. Pero nada dura para siempre y, por supuesto, mucho menos un reloj. Por muy aguerrido digital que sea. Os lo digo porque tenía a buen recaudo uno de mis HD favoritos, el DW-240, y hace unos días cuando fui a buscarlo a su caja me lo encontré con una desagradable sorpresa: con su LCD con ese espantoso aspecto.
Como podéis apreciar, se trata de un derrame del LCD, lo que comúnmente se conoce como "sangrado". Suele ser un motivo por el cual los dígitos presentan "fading" (desvanecimiento, o dicho de otra manera, falta de contraste e intensidad), y es un síntoma de que el cristal líquido (más bien su sustrato) se está yendo "por otro lado". Puede que en ocasiones no se manifieste tan notoriamente, pero si os encontráis con un digital con fading es un buen motivo para preocuparse. A veces tarda unos años en manifestarse de manera tan patente, pero vamos, ese LCD ya está perdido.