Conozco a una persona que lleva el mismo reloj desde hace muchísimos años, le agrada, consulta la hora con él, y no se lo quita vaya al evento o acto público al que vaya. Incluso trabaja en duras tareas con ese reloj. A veces me dice que, simplemente, le gusta. Sin más.
Muchos de nosotros, a medida que crecemos hemos sido más exigentes, hasta llegar a unos extremos en los que llegamos a ver en un reloj completísimo de Casio los más mínimos defectos. Encontramos algo que nos desagrada, incluso cosas incompatibles entre sí: queremos muchos sensores, pero que no consuma batería; hora en todos los modos y multitud de información, pero con una gran pantalla; muchas alarmas, que suenen muy alto, pero resistencias al agua de 200 metros y con un cristal mineral cuanto más grueso mejor...