Hay tres cosas en este mundo de las que no deberías presumir demasiado en público: un coche de lujo, mucho dinero en metálico, y un reloj caro. La razón es que un automóvil caro revelará de inmediato tu poder económico. Es poco probable que nadie te deje un coche valioso para conducir, así que saben que probablemente sea tuyo. Lo mismo con tu reloj y, obviamente, con tu dinero.
Una de las enfermedades más arraigadas en el corazón humano es la envidia, si a eso se une la necesidad de la otra persona, que lo está pasando mal, y andas por ahí restregándoles tus derroches en la cara, puedes salir escaldado. Sobre todo si viajas a según qué países, o pasas por según qué barrios.