Delicia de Tough Solares

Esta mañana he puesto mi teléfono móvil a recargar; a su lado, he buscado un enchufe para recargarle la batería al lector de rtfs que uso para las oraciones. Otro de los enchufes lo he dedicado a recargar el Nokia que uso para conectarme a Internet y, en momentos de extrema necesidad, como modem. Finalmente, he tenido que irme al salón para usar otro de sus enchufes para el smartphone. También he aprovechado esta soleada mañana para la recarga del Tough Solar. En este caso, no fue necesario recurrir a un enchufe, ni adaptador de corriente, ni cargador alguno. Simplemente lo he dejado que le diera la luz. Una delicia.

Sí, respecto a todos los aparatos que requieren recarga constante y siempre tener a mano un enchufe, uno no puede evitar sentir un cierto alivio cuando ve que su reloj, sin embargo, puede recargarse por sí mismo. Lo mismo ocurre con las calculadoras solares, capaces de funcionar con una ínfima porción de luz.




No entiendo cómo se puede sentir uno a gusto con un smartwatch, que tienes que medir en todo momento el estado de la batería, cargarlo nada más llegar a casa, cargarlo a la salida, y cargarlo, a ser posible, mientras estás sin usarlo. Me resulta, cuanto menos, llamativo, que la gente haya puesto el grito en el cielo, quejándose por darle cuerda a su reloj mecánico una vez al día (y solo durante unos segundos), lo cual propició, por cierto, el que se popularizaran tanto los mecánicos automáticos - hasta tal punto de estar hoy el mercado casi totalmente copados por ellos -, y sin embargo, no les desagrade tener que estar pendientes de su smartwatch o su móvil dos, tres..., cinco veces al día. Incluso más, cada vez que lo miran, porque la vista se va sin querer hacia el icono de la batería para conocer su estado de carga. ¡Qué fastidio!

También entiendo que, claro, sean los ministros, políticos y famosetes quienes más recurran al Apple Watch. Casi en todas las muñecas de esta gente vemos un reloj de la manzana. Ellos tienen todo el día para recargar su dispositivo, incluso gente que se lo recarga por ellos, y que se preocupan de que, si uno se queda si energía, proveerlos de otro. Pero, ¿para el común de los mortales? ¿En serio eso les trae a cuenta y les facilita la vida? Si de verdad creen o entienden que así es el progreso, que se queden con él. En lo que a mí respecta, prefiero una y mil veces la incomparable comodidad de dejar tu reloj en cualquier sitio con un poco de luz y, sin enchufes, cables, cargadores ni molestos conectores que acaban rompiéndose más pronto que tarde, saber cuando vuelvas a buscarlo que lo tienes de nuevo a tope de carga, y que de ahí no bajará en muchos, muchos meses más.


| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com