Fundas de silicona para tu G-Shock: cambia de color sin cambiar de reloj

La moda de los relojes de colores es algo que engancha a muchos y que, además, en alguna que otra ocasión también nos puede resultar interesante para cambiar un poco de look (al menos durante los meses de verano). El problema es que nos obliga a dejar nuestro reloj favorito aparcado a cambio de, quizá, un modelo con el que no nos sentimos del todo a gusto. Para remediar esto en lo posible, tenemos una solución que nos trae Theslingshox.

Simplemente son una serie de fundas (que parten de los 25 dólares de precio) que podemos adaptar a nuestro reloj previa retirada de su correa. Tendremos el mismo reloj pero con un aspecto exterior completamente diferente. Eso sí, teniendo en cuenta lo que en muchas ocasiones nos cuesta pulsar los botones de algunos G-Shock, no me quiero ni imaginar cómo sería pulsarlos sobre la funda de silicona. Aparte de eso, como puedes ver, el aspecto final es impecable.

Estuches para las ClassWiz: ese bonito y económico regalo que estabas buscando

Cuando hace unas semanas vi que llegaban a España los nuevos estuches para llevar en ellos las calculadoras ClassWiz de Casio (fx-Case), admito que me enamoré de ellos al instante. Desde hace tiempo este tipo de estuches se están volviendo muy populares para transportar todo tipo de elementos, ya que son muy cómodos, duraderos, robustos y prácticos. Empezaron siendo estuches para llevar discos duros portátiles, y mantenerlos a salvo de golpes e impactos, pero pronto se convirtieron en ideales hasta para llevar cuadernos o útiles de dibujo.

Como elemento aftermarket, se vendían desde hace tiempo para las calculadoras, pero no estaban personalizados. Ahora, podemos encontrar en el mercado por fin el estuche con un diseño específico para las ClassWiz, y con la firma de la marca Casio en relieve en el exterior. Y a un precio muy comedido, de menos de 10 €, lo que le convierten además en el regalo ideal.

¿Un reloj de color blanco? ¡Sí, gracias!

No hace tanto que el blanco aún era un color inusual. Solamente algunos fabricantes se atrevían con él, y eso en modelos de relojes para señora. En modelos para hombre se consideraba casi una locura. Pero las cosas han ido cambiando. Antes los hombres sólo y estrictamente podíamos lucir colores negros (o tonalidades oscuras de marrones). Aunque sin desprestigiar al negro, que es muy bonito, teníamos como una cierta aprensión a los colores. Paraguas de hombres en negros, gafas con monturas negras, y elementos de todo tipo negros, como bolígrafos o receptores de radio...

Y buena parte de este cambio o de ésta "permisividad" hacia colores más claros hay que agradecérselo a la informática. En efecto, gracias a ella los plásticos en blanco comenzaron a ganar adeptos. Los PCs en blanco, y, sobre todo, los teclados en blanco se comenzaron a ver como algo "normal", y ganaron muchos simpatizantes. Luego llegó la época de los móviles, y de un tiempo a esta parte no hay marca que, al menos, no ofrezca una variante de este color en su gama de modelos.

Un G-Shock en el bolsillo

Últimamente acostumbro a salir con mi Casio en el bolsillo, así que cuando hoy he visto este "llavero G-Shock" enseguida ha captado mi atención y me ha parecido genial. El trabajo es obra de Team Sigma, que son especialistas en marroquinería (suelen hacer fundas para todo tipo de artículos). Supongo que esos negocios eran más florecientes antaño, claro. Siempre recuerdo las antiguos receptores de radio portátiles, la gente solía usarlos para escuchar la radio por la calle, los ancianos los fines de semana sentados en los bancos con los magazines deportivos, y los jóvenes en sus picnics o los antiguos "guateques". Y para esas cosas era importante protegerlos con una buena funda.

Hoy los "botellones" los hacen con smartphones y altavoces Bluetooth, y nadie se preocupa de ponerle funda a esos artilugios porque saben que el aparato durará menos que la funda. Cierto que existen para móviles, pero ya son de plástico.

Campos magnéticos y relojería

Cada vez se ven más bolsos especiales y carteras que aíslan del electromagnetismo y de los lectores electrónicos lo que llevemos en su interior. Son muy útiles para tarjetas de todo tipo: de banco, de transporte, para chips NFC... Son las conocidas como carteras o fundas con protección RFID, y también con protección a objetos con imanes.

Ya que, en nuestra sociedad de la tecnología, el magnetismo está por todas partes, si llevas un reloj mecánico tienes muchas posibilidades de que su pequeño desajuste se deba a este tipo de influencia magnética. Y es que los relojes mecánicos no se llevan nada bien con los dispositivos electrónicos, al fin y al cabo - reconozcámoslo - proceden de unos tiempos y una época muy diferente a la nuestra, donde no era nada habitual estar en la presencia de un imán, mucho menos de potentes baffles, o de los campos electromagnéticos generados por todo tipo de instrumentos, tecnología de superconductores, escáneres, y máquinas eléctricas que nos rodean por doquier.

¿Es el reloj el producto de consumo que más compensa comprar?

Según algunos estudios cambiamos de teléfono móvil cada dos años. Algunas compañías de teléfonos incluso facilitan la posibilidad de cambiar nuestro terminal cada año, mediante descuentos más o menos suculentos. Los expertos recomiendan cambiar de coche cada siete o diez años. Para ellos, un coche de más de diez años ya es un coche "anticuado", incluso peligroso e inseguro de conducir. Los cascos de bicicleta y moto (con precios en torno a los cien euros) deben cambiarse cada cinco años. Y nuestro ordenador, tablet o portátil, se recomienda sustituirlo o actualizarlo aproximadamente cada tres años. Con cuatro años de vida se supone que ya ha quedado anticuado y que no es capaz de cargar con los nuevos formatos web y aplicaciones que salen al mercado, y que demandan más memoria y mejores gráficos.

Esto es solo un ejemplo, porque podríamos estar hablando de muchos otros. Yo soy muy aficionado a la bicicleta (al ciclismo en general), y siempre que he tenido bici por una razón o por otra (envejecimiento de las piezas, o el propio mantenimiento) no he dejado de tener que actualizarla. Y eso que la bicicleta no solo es el medio de transporte más barato, sino el más fácil y asequible de mantener. Aún así cosas tan simples como todas las fundas y cableados debes cambiarlos cada cinco años como mucho. No es una tarea cara si la hace uno mismo, pero sí tediosa y se necesita destreza y conocimientos para ello.