Mientras que los relojes de Casio más elitistas, los llamados "Premium", crecen y se reproducen como las setas, los modelos que le dieron a Casio la fama de lo que es hoy, los digitales básicos y/o con funciones "cuasi mágicas", escasean como el oro. Junto a todo ello, se ha dado casi a la par otra realidad: que los antiguos relojes "Made in Japan", que en los primeros años incluían a la mayoría de modelos, ahora esa buscadísima etiqueta está restringida a los Premium. Y no a todos, sino a los Premium más elitistas entre los elitistas, porque muchos G-Shock relativamente caros ya no llevan esa denominación, y solo unos pocos de los más exclusivos.
Dicho en otras palabras, tener un reloj de Casio hecho en Japón es hoy por hoy algo reservado sólo a unos pocos escogidos, a las personas más pudientes y, de entre los modelos con ese origen, solo hay unos pocos digitales, dos o tres muy difíciles de conseguir fuera de Japón, o a precios tan desorbitantes como los que tiene el GWF-D1000.