Probablemente haya pocos relojes que le hayan dado tantas satisfacciones a Casio (y a nosotros) como el F-91. Su fama ha cruzado fronteras y hoy por hoy es casi tan famosa su denominación de modelo como su propia marca. Tal vez por eso fuera una idea realmente buena dar el siguiente paso y convertir ese nombre en eso: en una marca en sí misma.
No es la primera vez que se ha hecho, y con buenos resultados. Uno de los ejemplos más notorios lo podemos encontrar en los franceses de Citroen, los cuales han escindido a uno de sus modelos más carismáticos e históricos, el DS, hasta convertirlos en una marca aparte e independiente. El éxito fue rotundo hasta tal punto que se decidió retirarle cualquier apelativo a Citroen y crear una división propia, con sus departamentos, páginas web e imagen, totalmente independiente todo ello de la marca matriz.