Parece una vez más que China la ha vuelto a liar pero, en esta ocasión, de manera diferente. Sus últimos informes alentando a la población para que trate de prepararse para un cataclismo "de proporciones inimaginables" inminente, que se une a la advertencia de Austria por el temor ante un apagón, ha desatado una psicosis colectiva.
Lo comentaba ayer con una amiga, precisamente: todo esto lo que acabará provocando es que, precisamente, el cataclismo acabe ocurriendo de verdad. Ya ves por ahí a personas haciendo acopio de velas, de latas, incluso de cantimploras... Los medios de comunicación aconsejando qué kits adquirir (por cierto: cuidado con los recipientes de aluminio) o cual es el mejor sitio donde refugiarse (en tu pueblo o en tu yate, claro, como si todos tuviéramos dos casas de veraneo...).