Hace unos días acudía al sepelio de una señora, y mientras me encontraba en el velatorio llega una de las familiares preguntando la hora porque tenía que acudir al trabajo y su smartphone se había quedado sin batería. Resulta curioso que de entre toda la gente que allí estaba, unas siete personas, sólo tres (yo incluido) llevábamos reloj de muñeca. Alguien dijo que era algo normal con esto de que "ahora nadie lleva reloj". Y quienes los llevan -demostrado queda por G-Shock y Baby-G- lo hacen por pura estética, como si llevasen una pulsera de colores o un brazalete. En este sentido casi es mejor ni gastar el dinero en pilas, basta con llevar el reloj de adorno y listo.
Sé que no descubro nada nuevo porque hoy en día esto es muy común. Luego nos sorprendemos si las marcas intentan explotar nuevos nichos de mercado con productos premium o smartwatches, pero es que algo tienen que hacer, algo hay que inventar para colocar sus ventas a niveles (o por encima incluso) de cuando, tiempos atrás, el reloj era un bien necesario y casi era obligado llevarlo, quisieras o no.