Si es lo que hemos pedido... Luego no nos quejemos

La filtración del nuevo y asombroso Frogman GWF-D1000 ha hecho saltar todas las alarmas. Su enorme precio (estará en torno a los mil euros, por mucho que se apliquen descuentos o no) ha sido objeto de duras críticas en todo tipo de páginas web, españolas y extranjeras.

Eso no acabo de entenderlo y es algo que me llama poderosamente la atención, ¿o es que alguien pensaba que la calidad y el sello de todo un Frogman en digital se lo iban a regalar "por su cara bonita"?

Ya está aquí lo que todos esperábamos: ¡tenemos Frogman bestial!

Casio ha decidido dos cosas: por una parte, desarrollar un nuevo digital con un nuevo módulo (el 3445) para sus Frogman y, por la otra, desarrollar una versión rotundamente impactante, que sigue el tradicional concepto Frogman y que tiene todo lo que le podemos pedir a un digital "de los mejores del mundo" (y es así porque lo es) tanto en robustez (sigue siendo todo un G-Shock) como en especificaciones. El nuevo Frogman, denominado GWF-D1000, ofrece "de todo", incluyendo una caja de metal (acero inoxidable) con cierre a rosca, un módulo que quita el hipo solo con ver por alto sus especificaciones: datos lunares y de mareas, brújula, sensor de temperatura, profundímetro (sensor de profundidad para inmersiones bajo el agua), memoria de inmersión, temporizador, cronógrafo, Waceptor 6... E incluso el siempre útil fijador de hora (timestamp). Además, sonido de los botones desactivable... ¡y Tough Solar!

A falta de poder ver el módulo en profundidad para conocer todo lo que nos ofrece, es evidente que en digitales Casio ha dado con este Frogman un puñetazo (y de qué manera) sobre la mesa. Por supuesto, encontramos en el GWF-D1000 un robusto LCD con gráfica a segmentos "de toda la vida", y con zona dot-matrix para el día de la semana (que sí es de tres letras).