Ahora va a ser que sí, desempaqueta tu G-Shock. Lo vas a necesitar

El gobierno esta preparando "centros de confinamiento" para todos, estudios masivos que podrán llevarte a albergues levantados por militares, a centros de reclusion, o a polideportivos o centros de concentración "temporal". Una especie de "centros de detención" pero con palabras menos agresivas, más "dulces". Esas son las pocas informaciones (poquísimas filtraciones, apenas dan información) sobre el plan que están preparando.

Si has vivido en tiempos de "la mili", puede que todo esto de acuartelamientos, reclutamientos y pruebas médicas masivas te resulte demasiado familiar. Escudándose en un estado de alarma (o de emergencia en otros países) los gobiernos pueden hacer contigo casi lo que quieran. Es una especie de carta blanca para que fuerzas del orden y militares alineen derechos y libertades. Primero en aras de una salud pública (quién se va a negar a ello, por tanto, si es "por el bien de todos"), y luego en aras de evitar futuros contagios, puede que todo esto acabe convirtiéndose -en algunos países al menos- en situaciones totalmente distintas, volviendo a ser demasiado familiar la estampa de filas de personas siendo trasladadas en autobuses como los trenes de judíos a los campos de exterminio en la Alemania nazi, quién sabe hacia qué destino o lugar.

¿Cual es el reloj ideal "del confinamiento"?

El confinamiento va a durar bastante. Italia y España fueron de los primeros (tras China) en tomar esa medida, que poco a poco, a pesar de las reticencias de muchos gobiernos, han seguido en el resto del mundo. Elementos como guantes o mascarillas se han convertido en centro de conversaciones -y discusiones, en algunos momentos-, eso junto con las bolsas de plástico (utilizadas en los hospitales para que los enfermos con el SARS-CoV-2 (COVID-19) puedan tocar el smartphone, ya que los móviles son muy difíciles de desinfectar) se han convertido en parte habitual de nuestra vida cotidiana. También las colas para ir a comprar alimentos, el mantener las distancias en una conversación, evitar tocarse, y diversas prácticas que quizá muchos jamás creían que iban a resultarles de importancia o que iban a vivir. Mientras tanto, las soluciones desinfectantes de hidroalcohol, geles y lejía están por las nubes, son uno de los productos estrellas más buscados durante esta pandemia.

Pero junto a todo eso nosotros, los amantes de los relojes, tenemos un elemento que ha cobrado especial relevancia, que es ese, el reloj. En Zona Casio lo hemos venido diciendo prácticamente desde que empezó todo esto, incidiendo en las bondades de llevar con nosotros un reloj, cuando no podemos llevar nada más.

Un empleado de Casio en Japón contrae coronavirus (y Japón envía ayuda humanitaria a España)

Casio en Japón, como muchas otras multinacionales, no está pasando sus mejores momentos. No obstante tienen la ventaja de contar con su sede en uno de los países donde el azote del COVID-19 esta siendo más controlado por las autoridades, hasta el momento con notable éxito. Eso, no obstante, no ha evitado que uno de sus empleados haya contraído la enfermedad. Según mencionan en una nota de prensa, el enfermo ha sido aislado (por supuesto no acude a su puesto de trabajo) y sus contactos cercanos solo han sido "familiares". Aclaran que tampoco ha viajado al extranjero en fechas recientes. El positivo de este trabajador fue diagnosticado el 29 de marzo, aunque desde Casio confiesan que empezó a sentirse mal el 23 de ese mes. Esperemos que durante esos 6 días no haya estado desperdigando el virus por la factoría (es, precisamente, ese uno de los aspectos más peligrosos del SARS-CoV-2, su capacidad de propagación aunque el enfermo no presente un primer cuadro de sintomatología).

En otro orden de cosas, España ha recibido ayuda desde Japón, en respuesta a la petición del Ministerio de Defensa en el marco de la OTAN. Aunque Japón no forma parte como miembro de la Alianza, sí forma parte como colaborador, por lo que ha respondido a la llamada de auxilio desde la Península Ibérica y ha enviado ayuda, que se une a la solidaridad que también han tenido con España la República Checa, Letonia, y hoy mismo, Turquía. Todos ellos han enviado diferente material sanitario.

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Nuestro reloj frente al COVID-19

Es justo decir que nosotros hemos sido de las primeras publicaciones en recomendar, a punto de iniciarse esta pandemia vírica, el uso de mascarillas como elemento protector. El tiempo ha venido a darnos la razón, aunque entre medias hemos tenido que lidiar con muchos "descreídos". Y es que, si desde siempre las mascarillas han sido utilizadas como un sistema de barrera vital en la protección personal, ¿cómo no iba a ser útil ahora?

Sin embargo aún tenemos que presenciar conductas poco ejemplarizantes, algunas, por desgracia, llegadas de quienes más tendrían que dar ejemplo. Este pasado sábado, sin ir más lejos, el presidente de una comunidad autónoma aplaudía "la valentía" de su consejero de sanidad "porque va a visitar a los enfermos y por los hospitales sin ponerse mascarilla ni guantes". Lo cual es todo un despropósito, y da una muestra de la clase de dirigentes que tenemos. Supongo que ese señor pensará diferente cuando su consejero quede contagiado, aunque imagino que su ego no le permitirá reconocer su equivocación.

¿Qué va a pasar con la industria relojera tras el COVID-19?

Con el país entero (y recalcamos lo del país entero, aunque podríamos decir casi que "Europa entera") totalmente paralizado y retenido en sus casas, es evidente que el impacto de la pandemia por el SARS-CoV-2 va a ser brutal. En todos los sentidos y en todos los aspectos. Probablemente nada volverá a ser como antes, la noche del 14 al 15 de marzo fue un antes y un después, podría decirse que ese fue el último día de una vida diferente, distinta, de la que llevaremos a partir de ahora. Ese día te acostaste de una manera, y despertaste en un mundo diferente. Es así de claro. Una enfermera lo decía esta mañana, que a pesar de haber visto de todo, a veces sale del hospital con la sensación de que está presenciando y viviendo una historia de ciencia ficción. Y si lo dicen ellos, con lo que han visto, imagínate los demás.

Claro que - a Dios gracias - muchos aún seguimos vivos para contarlo, porque en cuestiones de salud (que es lo que importa, ante eso todo lo demás es secundario) muchas víctimas se han quedado en el camino, a día de hoy en España se cuentan por miles, con familias que sufren esa cruenta situación. A veces perdemos esa perspectiva, y no está de más recordarla para que sepamos y nos demos cuenta de la magnitud de la catástrofe a la que nos enfrentamos, y por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo (que es tratar de evitar que la pandemia se lleve a todo el país por delante).

A los agentes del orden

Esta mañana leía cual desanimados estaban algunos policías ante la total inconsciencia e ineptitud por parte de muchos ciudadanos. Por ello, no me gustaría que se sintieran desalentados, que perdieran la paciencia y la confianza, porque los necesitamos en esta dura batalla. A ellos que están dando lo mejor de sí mismos, los necesitamos hoy más que nunca.

Por eso os propongo que nuestro recuerdo, reconocimiento y aplauso de cada tarde, alrededor de las ciudades de toda España, sea por ellos. Para transmitirles nuestra fuerza y ánimos en estos momentos tan difíciles. Así que pásalo, porque hay que darles muchas gracias:

- Gracias por vuestro trabajo y por cuidarnos

- Gracias por sacar de las calles a esos viandantes que salen de sus casas para hacer el canelo, desoyendo toda recomendación sanitaria y creyendo que esto no va con ellos. Algunos de ellos puede que os deban luego la vida a vosotros.

- Gracias por estar jugándoos el tipo en las calles, protegiendo nuestros negocios y empresas, mientras nosotros estamos seguros en casa.

- Gracias por exponeros a este enemigo invisible, dando un valeroso ejemplo en estos tiempos tan difíciles.

- Gracias por ser nuestros centinelas, nuestros ángeles de la guarda.

- Gracias por vuestra paciencia, por tener que repetir los mensajes e información a muchos ciudadanos que se hacen los sordos.

- Gracias por facilitarles la vida a todos los que tienen que lidiar en este tipo de escenarios, con situaciones extremas. Porque sabemos que siempre podemos contar con vosotros, por muy difíciles que se pongan las cosas.

- Gracias porque vosotros también tenéis familia que tienen miedo, hijos que temen que os contagiéis, mujeres y maridos que, cada vez que salís a dar servicio, aguardan vuestro regreso con el corazón encogido. Eso os honra mucho más.

- Gracias porque vosotros también sois humanos, y también sentís la presión de este peligro biológico, pero anteponéis todo ello por el deber y el bien común.

- Gracias porque, sin vosotros, situaciones como este Estado de Alarma serían un caos. Y somos bien conscientes de ello. No lo dudéis ni un momento: todos los españoles estamos con vosotros en estos tiempos convulsos y os admiramos.

Por todo ello, y mucho más, hoy saldremos a las ventanas y balcones a demostraros nuestro agradecimiento. Hoy el aplauso a las ocho de la tarde, va por vosotros. #porlapolicia

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