Quizá nunca vayamos a vivir un encuentro extratrerrestre y sea cierto que estemos solos en el universo, pero el simple hecho de pensarlo pone los pelos de punta a cualquiera. Estelas oscuras surcando el cielo en una noche de verano, y brillantes naves circulares de metálicos y pulidos brillos que encierran misteriosa y desconocida tecnología. Y la policía ordenando encerrarse a todo el mundo en sus casas, mientras te parapetas temblando tras los coches aparcados, asomando aterrado tu teléfono móvil para poder capturar algunas fotos o algún vídeo del histórico evento.
Porque tal vez no tengas otra oportunidad de hacerlo.