Llega el verano, hace calor, el tiempo nos invita a salir más de casa. Ver esos cielos azules y despejados hace que nos animemos para aprovechar nuestros relojes solares y "darles un buen chute" y así recargarlos. Con el sol "a toda potencia" puede ser el momento ideal para conseguir que las energías se recuperen y poder ofrecerle a nuestro acumulador un subidón de electricidad que nos asegure autonomía por unos cuantos meses.
Ahora bien, ¿estamos haciendo lo correcto, sacando nuestro reloj solar en esos días de bochorno donde el sol abrasador lo quema todo?
No te sientas tentado a sacar tu reloj a recargar cuando el sol arde intensamente. Lo que quema tu piel, también puede "quemar" tu reloj. Imagen: Casio
Lo primero que habría que recordar es algo que todos los lectores habituales de éste blog ya sabéis de sobra: los relojes Tough Solar no se recargan "a empellones". Lo peor que podemos hacerle a un reloj con esta tecnología es darle un atracón de sol un día, y luego dejarlo ahí tirado seis meses con su acumulador descargándose. Tal y como menciona Casio en sus manuales, los relojes de este tipo deben exponerse a la luz -¡que no al sol!- en todo momento, aprovechando sobre todo nuestras salidas para colocarlo por delante de las mangas y que la energía lumínica natural -por norma general, la más potente- los vaya recargando.
Y lo segundo a recordar es que lo que más daña a nuestro reloj va a ser la radiación ultravioleta que reciba, y ésta atraviesa las nubes, así que en ese sentido da lo mismo que sea verano o invierno, o que esté cubierto el cielo o no. Da lo mismo, porque los rayos ultravioleta tostarán a nuestro reloj de igual manera, aunque nosotros no lo percibamos y nos parezca más peligroso cuando el cielo está despejado.
Ante el buen tiempo es muy tentador sacar nuestro Tough Solar "a pasear", pero quizá debamos tomarnos las cosas con más calma. Imagen: Yeray
Teniendo todo esto presente, podríamos concluir que da igual y que no afecta para nada recargar nuestro reloj en invierno con el cielo cubierto y el tiempo frío, o en verano con el clima abrasador y temperaturas altas. Pero nos equivocaríamos debido a un detalle: la posición terrestre.
En verano los rayos de sol inciden más directamente sobre la superficie de la tierra, diríamos que caen "a plomo" mientras que en primavera y otoño, y sobre todo en invierno, lo hacen más diagonalmente, con más inclinación. Por eso en verano la superficie terrestre se calienta más, y sentimos el calor con más intensidad. Y por otro lado, tampoco conviene olvidar otro aspecto: las temperaturas. En pleno día veraniego bochornoso y asfixiante las temperaturas son muy elevadas, y es uno de los condicionantes que dañan más a las resinas.
Cuando los días son más largos la luz llena todos los rincones, y también las células solares de los relojes con tecnología Tough Solar. Imagen: Maikel
Con todo ello, tenemos ya unos cuantos ingredientes para acortar la vida de nuestro reloj y que amenazan el mantenerlo en buen estado: por un lado la radiación ultravioleta, irá envejeciendo colores, acabados y leyendas. Por otro, la temperatura, irá debilitando resinas y adhesivos. Y todo esto es más acuciante en pleno verano y con termómetros marcando un número elevado de grados.
De manera que a la pregunta de que si sería mejor aprovechar esos días a pleno sol para recargar nuestro reloj solar, podríamos responder que no nos dejemos tentar por el buen tiempo: no. No es mejor. Es más acertado poner a recargar en el exterior, o llevándolo con nosotros, nuestro reloj durante los meses menos intensos en calor, y durante el verano recargarlo tras una ventana o lo más indirectamente posible. Y de tener que llevarlo puesto, que no nos importe en verano "protegerlo" tras la manga de una camiseta (si la llevamos de manga larga) o camisa. Recargar nuestro reloj solar sólo esos días "de tostón" será someterlo a un estrés innecesario que puede llevar a que se acorte la vida de su acumulador y sus materiales. Lo mejor es exponerlo a la luz siempre para que su acumulador nunca pierda demasiada energía, sobre todo en aquellos meses con menos calor y radiación ultravioleta más indirecta, y no darle esas irracionales sobrecargas de luz en verano.
Aprovechar la primavera y el otoño para usar nuestros relojes solares y salir con ellos para que se recarguen, es mucho mejor que hacerlo en los días más luminosos y calurosos del verano.
Al contrario que los relojes a pilas, los Tough Solar requieren un constante -pero no intenso- ambiente luminoso para poder sobrevivir. Imagen: Maikel
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Muy buen consejo y muy bien argumentado.
ResponderEliminarYo por el verano suelo aprovechar para ponerme los relojes a pilas de tamaño mas grande, que de invierno molestan más ponerse.
ResponderEliminarsi, es correcto, lo mejor de todo es usarlo seguido, y si no, tenerlo cerca de una ventana donde le pegue luz indirecta, lo peor que se puede hacer es dejarlo en una gabeta por mucho tiempo
ResponderEliminarSin que es verdad que en invierno a pesar de ir rotando su uso los dejo en la terraza varios dias al llevar manga larga y pegar menos el sol, en verano los pongo cerca de la ventana pero no a sol directo
ResponderEliminarMuy interesante pero no termino de aclararme... sobre todo habiendo leído en su día este otro artículo vuestro:
ResponderEliminarhttp://zonacasio.blogspot.com/2011/11/que-es-mejor-una-caja-transparente-u.html?m=1
Entonces... ¿Qué es mejor?, luz continúa filtrada por los cristales de la ventana y la caja o reposo en modo PS y en completa oscuridad, acordándose de sacarlos al sol no directo cada 6 meses máximo.
Gracias y felicidades por el blog!
Bueno, ten en cuenta que a saber quién escribiría eso en 2011... Seguramente no habría acabado ni la primaria.
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