Éste es uno de esos "trucos de supervivencia" que, viendo la que se nos viene encima, no estaría de más conocer. Aunque en realidad, y para ser sinceros, es una forma de poner en hora el reloj cuando la gente no solía estar tan "hiper-informada" y "sobre-informada" como ahora, y no tenían tantos recursos por todas partes para ajustar su reloj. Tiempos en donde los relojes mecánicos estaban por todas partes y, obviamente, al desviarse bastantes segundos cada día, era necesario volver a ponerlos en hora cada poco tiempo (muchas veces, también cada día, incluso).
Hoy esto, por fortuna, ha pasado a mejor vida, porque quien lleva y usa habitualmente relojes mecánicos tiene mil formas de ajustarlos y verificar que realmente dan bien la hora o, en otras ocasiones, ni siquiera les importa porque consultan la hora por otros medios (como en su teléfono móvil, por ejemplo). Pero nunca está de más conocer el procedimiento.
Para hacerlo son necesarias dos cosas (lo mismo que para otros procedimientos son necesarias otras, claro; por ejemplo, para verificar la hora vía satélite, se necesitan eso: satélites), que se pueda ver el sol -que sea de día-, y tener una tabla de ecuaciones de tiempo. Dado que el sol se atrasa unas veces, y se acelera otras, con el fin de facilitar sus cálculos los astrónomos idearon un sistema para compensar y dar con un tiempo medio.
Esto (que se denomina "ecuación del tiempo", por cierto), es la diferencia entre el tiempo verdadero, y el tiempo uniforme, que se suele marcar en una tabla de tiempos cada 5 días. Esa era una de las formas antiguas a la que podía recurrirse para regular/ajustar los relojes. Por supuesto para ello tenemos que saber cuándo es el medio día, que se puede consultar en un anuario de navegación (almanaque náutico), o más fácil aún: recurrir a un reloj de sol. Lo encontraremos como "tiempo medio verdadero" (v-m), y con él sabremos si nuestro reloj está atrasado o adelantado.
Por supuesto, las tablas deben estar realizadas para nuestra posición geográfica, de nada sirve saber el medio día en un sitio, ajustando el reloj con más minutos (o menos) de otra parte. En dichas tablas se nos ponen los minutos y segundos que deben exceder (o faltar) respecto al día verdadero, y sabiendo eso, podremos ajustar nuestro reloj a la hora correcta. El Instituto Geográfico Español publicaba antaño dichas tablas, cosa que dejó de hacer para así poder vender su almanaque náutico (a un precio ni mucho menos asequible, recordarás que le hicimos un análisis en uno de nuestros magazines).
No obstante también se puede obtener la ecuación del tiempo mediante cálculos con su fórmula (Ecuación del Tiempo = Corrección por oblicuidad + Corrección por excentricidad) que nos puede resultar muy útil para calcular la hora "real" respecto a la hora solar (Hm (Hora media) = Hv (Hora verdadera -horas solar-) E.T. (ecuación del tiempo)). Pero como la fórmula de la ecuación requiere datos astronómicos bastante precisos, sigue siendo más útil y práctico recurrir a tablas expresamente realizadas para el año en curso en nuestra posición (o país, o región). Antiguamente se publicaban en revistas, calendarios, etc. Hoy es una práctica que, como tantas otras, ha caído en desuso e incluso muchas personas no saben ni para lo que sirven. Claro, el smartphone ya se lo hace todo..., ¡pobres de ellos como un día se queden sin un enchufe!
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Hola..muy interesante, gracias y salud.
ResponderEliminarMuy interesante el artículo, mezclando horología, historia y ciencia.
ResponderEliminarEstá genial explciado.
¡ Gracias !!
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