Éste es uno de esos "trucos de supervivencia" que, viendo la que se nos viene encima, no estaría de más conocer. Aunque en realidad, y para ser sinceros, es una forma de poner en hora el reloj cuando la gente no solía estar tan "hiper-informada" y "sobre-informada" como ahora, y no tenían tantos recursos por todas partes para ajustar su reloj. Tiempos en donde los relojes mecánicos estaban por todas partes y, obviamente, al desviarse bastantes segundos cada día, era necesario volver a ponerlos en hora cada poco tiempo (muchas veces, también cada día, incluso).
Hoy esto, por fortuna, ha pasado a mejor vida, porque quien lleva y usa habitualmente relojes mecánicos tiene mil formas de ajustarlos y verificar que realmente dan bien la hora o, en otras ocasiones, ni siquiera les importa porque consultan la hora por otros medios (como en su teléfono móvil, por ejemplo). Pero nunca está de más conocer el procedimiento.