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1.12.2018

Nocturnal days


Los días crecen, y es un hecho de perogrullo, ya lo sé, sin embargo hasta que no empecé a utilizar diariamente un guardatiempo con reloj solar no me he dado cuenta de la evidencia de este cambio de una forma ni de una manera tan detallada.

No deja de ser una llamativa curiosidad el ver cómo, jornada a jornada, vamos teniendo más horas de luz desde el solsticio de invierno (los que estamos en el hemisferio norte, claro, los que estáis en el hemisferio sur experimentaréis todo lo contrario, y si disponéis de función de horario solar en vuestro reloj estaréis viendo cómo la noche se os acerca a pasos agigantados).




Si recordáis, hace unos días por estas latitudes podíamos ver cómo se ponía el sol a las 17:48, y hacía acto de presencia a las 08:41. Ahora, solo unas semanas después, el cambio es significativo: se pone a las 18:09, y sale a las 08:47.

Contrariamente a lo que la gente suele creer, el cambio no es tan abrupto, es muy sutil. De hecho, al principio no crecen los días como muchos piensan, que va amaneciendo más temprano. Nada de eso. Durante unos días tras el solsticio de invierno, lo que hacen los días es, simplemente, dejar de menguar (o la noche dejar de crecer, como queráis verlo). Así, al principio el sol sigue saliendo más tarde, pero a la vez también anochece más tarde. O sea, en lugar de seguir saliendo el sol más tarde y anochecer más temprano (las noches son, por tanto, mas largas), sigue retrasándose el amanecer, pero sin embargo el anochecer es cuando ocurre el cambio más notable, y se retrasa minuto a minuto cada tarde.

Luego, durante unos días, el amanecer casi no varía, y se mantiene inmóvil en unos pocos minutos. El anochecer, sin embargo, va aconteciendo cada vez más tardíamente.


Tras esta primera fase que os acabamos de describir, el sol ya empieza a aparecer mas temprano, tal es así que hoy lo hizo (en mi CPA-100 de Casio) a las 08:51. Hoy anochecerá (está anocheciendo ya, cuando escribo estas líneas) a las 18:06. O sea, realmente ahora sí podemos notar que los días se alargan (las horas de luz), y que se aprecia bastante que las tinieblas de las noches cada vez son más breves.

Con todo esto me acuerdo bastante de lo realmente útil y curioso que es este tipo de horarios para los niños, con el cual pueden ver y percibir esta experiencia de los solsticios y equinoccios. Antiguamente (hablo de hace cuarenta o cincuenta años, tampoco mucho mas) contar con un reloj con esta característica era imposible para el común de los mortales (se requiere posicionamiento geográfico, y los analógicos mecánicos no podían llegar a tanto). La aparición de los relojes digitales hizo esta maravilla posible, la de contar con un reloj solar que, antiguamente, sólo se podía vivir y experimentar con un solar "real".


Es una pena que no haya más modelos así y que sea una función que -exceptuando a Casio- casi nadie la ofrece ni la tienen en cuenta.

Repito que ver esto en datos "medibles" y "tangibles" puede ser un gran aliciente para los niños, no solamente para animarles a conocer (y entiendan mejor) el transcurrir de las estaciones y nuestro lugar en la galaxia respecto a nuestra estrella más cercana, sino también como algo didáctico y, por supuesto, entretenido.


Además, de adultos podrán sacarle luego mucho mas "jugo", como nosotros podemos hacer ahora. Porque ¿cuanta gente con la que te cruzas conoce estos detalles, o sabe las horas de luz que tuvo el día hoy? Muy poca.

Es cierto que en este tiempo todo esto podemos llevarlo en una app en nuestro smartphone, como muchos llevan "toda su vida" metida en ese aparato, pero poder llevar el horario solar en el reloj, que es un instrumento precisamente para eso, es mucho más entrañable, mucho más especial. Sin olvidar que es también muchísimo más cómodo que andar buscando la dichosa "app", encendiéndola, esperar que arranque, "menear el dedito" para ver la información... Y hacer todo ese fastidioso proceso cada vez que quieras simplemente ver la hora solar. Un engorro. En un reloj lo tienes a mano y solo necesitas pulsar un botón.


Por desgracia, lamentable y tristemente, para la gran mayoría de los habitantes de este absurdo siglo el reloj ha perdido su utilidad, solo es algo que colgar del brazo, y en ese sentido lo que incorpore no importa, como si son dos agujas locas dando vueltas por la esfera, da lo mismo. Lo que les importa son los brillos y los diamantes que contenga, y la firma que lleve, cuanto más "chic" y exótica mejor, sobre todo si suena a casta de familia suiza de rancio abolengo.

Casio, históricamente, siempre ha ofrecido varios modelos con esta función horaria tan interesante. Por supuesto, muchos de sus Pro Trek por cuestiones obvias la incorporan (cuando estás en medio de la naturaleza es muy importante conocer las horas que te restan de luz), e incluso en Collection, que ofrecían hasta gráfico de horas de luz y oscuridad, como los TS-200.


Acertadamente su último y completísimo GPR-B1000 también lo ofrece, haciendo de ese gran reloj un instrumento mucho más útil aún. Tambien lo tiene su Rangeman GW-9400 (uno de los pocos G-Shock, por cierto, que quedan con esta función, tras haberla llevado modelos tan carismáticos como los DW-001 y los DW-6100).

Disponer de horario solar nos hace darnos cuenta, estos días tras los solsticios sobre todo, de lo cambiante de nuestro mundo, el clima, y su tiempo sideral en lo que respecta a nuestra posición entre las estrellas. Si a ello unimos un calendario (y/o gráfico) lunar, tendremos el conjunto completo, formando una gratificante experiencia que lleva nuestra aparente monotonía o rutina, a niveles patentes que a veces nos pasan desapercibidos: el sucesivo cambio de estaciones, y el cíclico e imparable movimiento que ocurre a nuestro alrededor de forma constante, imparable, y sumamente sutil.


No puedo pedirte que pongas un reloj solar en tu vida, ni siquiera me voy a atrever a aconsejártelo (a no ser que te gusten las estrellas, seas aficionado a la astronomía, o practiques de manera habitual actividades al aire libre), cada uno debe tomar esa decisión según sus necesidades, gustos y preferencias, pero si puedes hacer que tus hijos o los más pequeños lo disfruten, permíteles ser testigos en primera persona de esa grata experiencia.

Sobre todo porque hoy, en las grandes urbes tan metódicas en horarios y rutinas, muchos han perdido la capacidad que antes teníamos del contacto con la naturaleza y de la sensibilidad en percibir cómo los días cambian a diario. Un reloj con horario solar vuelve a traer esa evidencia ante nosotros, permitiéndonos darnos cuenta de algo que ocurre y acontece constantemente, y que merece la pena apreciar: las horas que tienes de luz. La noche que viene a tu encuentro.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

3 comentarios:

  1. Una reflexión muy interesante. Con tanta luz artificial, hasta los adultos nos desvinculamos de los horarios naturales. Hace 50 años se habrían sorprendido que hiciéramos el mismo horario de 9 a 18 tanto en invierno como en verano.

    De manera que es una forma muy interesante de educar, de mantener a nuestros hijos conectados con el entorno natural, con sus causas.

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  2. Desde la revolución industrial la sociedad -sobre todo occidental- ha ido tomando el ritmo de las máquinas, y últimamente hasta el de estar activo 24 horas, con establecimientos de este tipo que, sobre todo en las grandes ciudades, son cada vez más habituales. Recuerdo cuando -hace ya bastante tiempo- aterricé en Madrid y una de las cosas que más me sorprendió es que de noche continuaban establecimientos abiertos, y gente haciendo la compra y demás. Fue algo muy chocante que -supongo- ahora será todavía más la cantidad de sitios que están abiertos.

    Al final acabamos siguiendo el "biorritmo" de las máquinas, que nunca duermen y que siempre están activas, pero -por desgracia- nosotros no somos máquinas, y es ahí donde surgen luego los problemas de salud y tantos psicológicos como existen ahora.Por eso nunca está de mas mirarnos sinceramente al espejo -o mirar el reloj- y darnos cuenta de que no somos más que seres mortales con sus ciclos, sus estaciones, y sus cambios.

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  3. Muy interesante este artículo. Siempre me ha fascinado el ir y venir de las horas de sol y oscuridad. Por eso, desde hace años tengo en mi modesta colección un curioso reloj de la marca YES, en el que toda la esfera muestra las horas de luz y oscuridad.

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