No hace mucho le hacían una entrevista a un investigador (no recuerdo su nombre) en la que decía -y explicaba- que el mundo que vemos es sólo una parte del mundo real, y que sólo apreciamos lo que nuestros sentidos son capaces de transmitirnos. Esto, tan evidente y obvio, es cada vez más difícil de tener en cuenta.
Me encanta la historia, y me he pasado mucho tiempo leyendo (y aprendiendo) sobre culturas antiguas, y siempre llama la atención cómo la mayoría de ellas tenían muy presente en su vida diaria otras realidades, diferentes o alternativas, realidades que el mundo occidental ignora, e incluso vive de espaldas a ellas. Para nosotros poder apreciar eso con la suficiente fuerza y valor que le daban ellos es tremendamente complicado.
Pero esos pueblos no eran unos incultos. Tenían un conocimiento de la naturaleza y del universo que sólo hemos podido alcanzar a comprender hace poco tiempo, con la ayuda de la tecnología actual. Y sin embargo ellos lo lograban usando piedras, marcas en el suelo o engranajes.
Que nuestros sentidos ignoren su existencia no quiere decir que todos esos mundos no existan. Hay "fuerzas ocultas" que tampoco somos capaces de apreciar, pero que nos afectan en una u otra medida. Son energías y fuerzas que algunos de nuestros relojes sí son capaces de "ver": el campo magnético de la tierra en los relojes con sensor de posición, o la presión barométrica del aire en los relojes con sensor de presión. Y también mediciones a escala cósmica, como las fases lunares, o incluso la posición de cometas y planetas en aquéllos añorados Cosmophase.
Otros miden la posición solar, o incluso la hora solar como comentamos aquí cuando hablamos el otro día de la hora itálica y babilónica. Son todo ello fuerzas que están a nuestro alrededor, que existen, como la energía invisible que opera rítmicamente sobre las mareas.
Cuando las antiguas culturas nos hablaban de otras fuerzas, en muchas ocasiones era a ésto a lo que se referían. Quién sabe lo que nos queda aún por descubrir. Tal vez nuestro reloj pase a ser un día nuestro instrumento de comunicación con otras realidades, con otras dimensiones. E incluso con otros mundos. En cierta forma, ya lo hacen hoy en día, permitiéndonos apreciar lo que comúnmente nos puede pasar desapercibido.
| Redacción: Zona Casio
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