No sé si os ocurre a vosotros lo mismo que a mí, pero desde que empezó todo esto del confinamiento, lo que menos me apetece es hablar de relojes. Ante lo que ves a tu alrededor, la gente que cae enferma, muertos a millares (a cientos de millares), familias enteras que se quedan sin recursos ni sustento, ponerse a hablar de relojes es tener la sensación de querer cerrar los ojos a la realidad. Una realidad a la que vuelves cada vez que ves la puerta de tu casa cerrada a cal y canto, tus vecinos deambulando sin rumbo en sus dos metros escasos de terraza, o al salir a la calle con miedo y una equipación que -una gran mayoría de ciudadanos- jamás han pensado, ni siquiera imaginado, que llegarían a usar en su vida.
Lo observo con la gente que conozco: de pasar a estar informándoles todo el día sobre las características o modelos de tal o cual reloj, ahora acuden a mí para conocer tipos de mascarillas, cuáles adquirir o con cuales protegerse mejor.
Algunos -inconscientes ellos- aún esperan que un día, más pronto que lejano, puedan abrir la puerta de su casa y salir a la calle tan tranquilamente, llevando la vida que llevaban antes. Seguir con su consumismo mercantilista, injusto, obsceno y depravado, con las mismas prácticas y tradiciones. Con su rutina, en suma. Quizá algunos traten de volver a como estaban antes porque no saben hacer otra cosa. Quien piense así es que no ha aprendido nada de esto, el incauto que crea que un día regresará a su vida anterior lúdica y desentendida no habrá aprendido ninguna lección. Y todo este sacrificio no habría servido para nada.
Estos días se repiten por Internet y las redes sociales proclamas como "de esta vamos a salir", "todo va a ir bien".... "Todo va a ir bien"..., qué eslogan de marketing propio de esta hedonista sociedad más vacío y falto de sentido. Qué forma más simplona de cerrar los ojos. Que se lo digan a las personas que han perdido a sus seres queridos en esta batalla, a los miles que están tratando de respirar en las UCIs. Para esos "no todo ha ido bien".
Pero insisto, si seguimos pensando con nuestra mentalidad de ayer, habremos demostrado lo cavernícolas que somos al no haber aprendido ninguna lección de este encierro. Muchas personas niegan hasta la realidad, prefieren mantenerse aislados en su mundo de fantasía, en su burbuja, como se mantienen aislados en sus casas. Prefieren negar "arcas de Noé" (aunque el gobierno hable de ellas), y prefieren negar la necesidad de protección (aunque ahora vaya a ser equipamiento obligatorio), como si tuvieran superpoderes, o creyeran que el virus no les va a tocar a ellos, a sus hijos o a sus familias, por ser "más guapos" que los demás o por ser especiales.
Y cuando se lo quieres hacer ver, te insultan y hasta te amenazan, que es el recurso general, facilón y socorrido, de quien se ha quedado sin argumentos.
Si pensamos en seguir como hasta ahora, es que no habremos aprendido nada de todo este tiempo de encierro, y peor aún: cuando volvamos a sufrir esta situación, o parecida, seguiremos cometiendo los mismos y estúpidos errores.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Pues yo desde el año 2013 que te sigo, vengo a tu pagina cuando necesito informacion mas fiable, y auque en mi pais se encuentre en fase 3 tambien puedo ver una pagina que otra, pero no llego a esos limites que dices.
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