Si miramos las listas de precios de los relojes de hace unos veinte años en Casio, nos daremos cuenta no sólo del aumento de su coste de adquisición sino, además, de la evolución de sus gamas. Modelos que antaño podrían considerarse "la gama alta" de la marca (como los W-94), solamente por debajo de G-Shock, y cuyos precios además no solían superar los 50 €. Relojes como el mencionado W-94, que a principios del dos mil adquirías por menos de 3000 pts, ahora
superan con creces las 7000 pts. Es cierto que en modelos como el MWD-110 (que sería el similar de hoy al W-94) hay que añadir el plus del bisel de acero, pero su alternativa sin acero (el W-739) supera en bastante las 5000 pts.
Paradójicamente, y mientras -como decíamos- los precios se incrementan, las gamas bajan de posicionamiento. El mencionado W-94 era el top de Collection, con uno de los módulos más
completos, novedosos y sorprendentes de aquellos finales de los noventa. Hoy, el MWD-110 es un reloj "barato" considerado "de gama baja" y, encima, su módulo es ya muy antiguo (y por lo tanto está sobradamente amortizado). Todo esto, por supuesto, no es casual, y tiene su explicación. Y es que si a la vez que bajamos de rango un producto, lo elevamos de precio, podemos posicionar el resto de productos a rangos superiores y aún más caros, dándole la impresión al cliente que adquiere productos mejores y más elitistas.