
La moda de "lo vintage", lo retro, la anti-obsolescencia o simplemente la defensa de la solidez y la sencillez frente a las complicaciones tecnológicas y la dependencia del consumismo que se nos quiere inculcar ha hecho que los relojes vintage de diseño old school, los digitales más clásicos y originales (que siguen el patrón del digital convencional: caja rectangular y pulsadores metálicos a los lados) vivan desde hace ya algunos años (cinco o seis al menos) una segunda juventud.
Los que los hemos venido usando como reloj habitual desde hace lustros estamos observando cómo día a día hay más y más personas que los utilizan, no solo entre nuestro círculo de amistad y entre la gente que nos cruzamos por la calle, sino también entre famosos, artistas y deportistas.