Cuando a principios de los años ochenta, en donde las resinas comenzaban a mostrar sus auténticas bondades y sus numerosas ventajas, Glock presentó sus primer modelo, la G17, no fueron pocos los que se llevaron las manos a la cabeza. ¡Una pistola hecha "de plástico"!, decían. Incluso algunos temían por su legalidad para ponerla a la venta, dado que podría no ser detectada por los arcos de seguridad en los aeropuertos.
Y es que las pistolas Glock, en efecto, están hechas de resina. En concreto de un polímero denominado Polymer 2, con base de nylon, inventado por Gaston Glock. Como los HD y muchos de los G-Shock, las Glock siguen el mismo principio: un cuerpo o carcasa de resina, sobre un soporte de metal (en el caso de G-Shock/HD, es un anillo en la parte interna de la caja, como refuerzo, y en el caso de Glock, unas barillas).