Nuevos GBX-100 y PRG-30

Confirmados los nuevos PRG-30, que acaban de ser dados a conocer por Casio International. Además, también llegan de cara al verano los nuevos G-Lide, que en este caso, como muchos suponíamos, serán nuevas variantes de los ya conocidos GBX-100 y que tanto triunfaron en la pasada campaña (y tanta polémica e interés a partes iguales despertaron). Los G-Shock GBX-100 de G-Lide vendrán en dos variantes, una con bisel cepillado en color "gunmetal" (GBX-100NS-1), y otra con bisel en oro rosa (
GBX-100NS-4). Esta última tiene leyendas en tonos ocres, mientras que la primera tiene leyendas grisáceas o blanco apagado. No hay mucho más que destacar de ellos, puesto que ya son de sobra conocidos por todos vosotros y, además, como hemos dicho, no se trata de modelos nuevos.

Por su parte los PRG-30 son los nuevos solares de Pro Trek "asequibles", en donde destaca un display con dígitos "en negrita", y una resistencia a las bajas temperaturas (hasta -10ºC), como suele ser habitual en estos modelos. Además, disponen de Super Illuminator (con pulsador en el frontal), y su correa es de silicona blanda. De ambos ya os hemos dado cumplida información en su momento, así que solo queda recordaros que estarán en las tiendas en las próximas semanas.

Esto sí te va a gustar: SLSA x G-Shock

Previsto para finales de 2020, y luego para enero de este año, por fin ahora se pone a la venta la colaboración entre la australiana SLSA (Surf Life Saving Australia, organización sin ánimo de lucro con socorristas voluntarios que tratan de hacer del deporte del surf, y de las playas en general, un lugar seguro) y G-Shock. El modelo elegido no podía ser más acertado: se trata del GLX-5600 (pila CR2025 con 7 años de autonomía) en su versión positiva y con unos colores muy luminosos y frescos. Se ofrece en dos variantes, el GLX-5600SLS-7D es el reloj, "sin más" (con todos los detalles de la colaboración, claro), y como alternativa - pero más cara - una variante "vip" denominada GLX-5600SLSVIP que incluye toalla y bolsa, también especiales para la ocasión, claro (ambos son el mismo reloj, solo varían los complementos que lo acompañan).

La pena es que este modelo tan bonito solo está disponible en Australia, y aunque se puede adquirir online desde la página oficial, no pierdas el tiempo intentándolo porque solo lo sirven a aquel país (en el momento de la compra no puedes elegir otro país de destino).

"Re-Prueba" del G-Shock GLX-5600VH

Cuando en el año 2012 os publicamos la prueba del GLX-5600 (no ha llovido ni nada desde entonces, ciertamente), comprobamos cómo aquel impresionante modelo de G-Lide con gráfico de mareas y lunar nos emocionaba y nos entusiasmaba a la par. Para el verano de 2019, y para alegría de muchos fanáticos y seguidores de G-Lide, Casio decidió refrescar su línea ofreciéndonos nuevas variantes "VH", que tenían como principal atractivo un nuevo diseño exterior que rendía homenaje a la estética surf de los noventa, o sea: era un tanto retro ("vintage").

A la par, los lanzaba con modelos para Baby-G, en concreto el GLX-5600VH-1 en un precioso tono gris, con el BLX-560VH-1, y el GLX-5600VH-4 en este "raro" color "chicle de fresa", con el BLX-560VH-4. Teniendo en cuenta que el modelo que probamos en 2012 en esta publicación data de 2008, y que estos nuevos modelos datan de 2019, más de diez años han pasado entre ellos. ¿Qué ha cambiado, pues, desde entonces? A simple vista parecen ser el mismo modelo, con la misma denominación y la misma estética, pero no. No son exactamente lo mismo.

¿Cual es el G-Shock actual que se acerca más al concepto original?

Ninguno. Vaya eso por delante. No hay ningún G-Shock en la actualidad que se acerque a lo que era el DW-5000 (o DW-5600C) original, ni siquiera los que pudieran parecérsele más, como los GW-5000/GW-5000U, ya que la necesidad de dotarles internamente de conexión de radio y tecnología solar hace que las protecciones no sean las que en su día ofrecían los DW-5000, en aquellos (lejanos ya) años ochenta.

Pero si no es por construcción, al menos podríamos buscar tal vez un parecido que fuera -insistimos: por lo menos- por concepto. En este caso en fin..., vayamos a unos de los mejores digitales de los G-Shock con estampa más clásica que Casio tiene en la actualidad: el DWE-5600. Por construcción podría ser un claro aspirante, aunque acaba todo tirado al traste cuando vemos que internamente no es más que un DW-5600E convencional, con una caja similar (en el DWE reforzada con fibra de carbono, en el DW reforzada con fibra de vidrio). Por ese nuevo concepto de correas de cambio rápido nos vamos ya a los casi 300 euros, mucho más que un GW-5000 de caja de acero roscada (y protegida por un duro DLC). A todas luces, ilógico.

De manera que no, no son los nuevos DWE-5600 (con todo su innegable atractivo) los más cercanos al concepto de G-Shock original.

Lo último de Casio no es de Casio, sino de CaZio

Disponible como VST, VST3 o AU tanto para Windows (a partir de W8) como para MacOS, y de manera gratuita y libre de royalties, la gente de Samplescience ha digitalizado los sonidos de uno de los más populares e históricos modelos de teclados electrónicos de Casio, el MT-100. Lo han hecho utilizando un "avanzado equipo de grabación de última tecnología" para recoger los sonidos que, desde su chip NEC D931 que incorporaba en su interior, el MT-100 del año 1983 ofrecía.

Entre las características de este plugin se encuentran 20 sonidos retro del teclado, el kit de percusión, filtro de altos y bajos, reverberación, glide, amplitud, y tres modos de voces: legato, monofónico y polifónica, entre otras cosas. Eso sí, no incluye los 12 sonidos pre-programados del teclado, aquellos que eran "de muestra" y que nos permitían disfrutar con lo que era capaz de hacer aquel impresionante aparatito, haciéndonos soñar también con que quizá algún día conseguiríamos similares dotes de virtuosismo. Aunque nunca lo lográsemos. Pero esa es otra historia.

Necesito ver el mar

Hay una canción de un grupo musical que habla precisamente de eso, de cómo un señor, que recala en la gran ciudad, se le hace cuesta arriba el día a día por no poder ver el mar.

En mi caso viví mucho tiempo en un pueblo del interior, y allí se llevaba ir al puerto los fines de semana (puerto de montaña, me refiero); fue en mi adolescencia cuando recalé en una ciudad marítima y, desde entonces, el mar se ha impregnado profundamente en mí.