Cuando escuchamos cuestiones de estilos o corrientes estéticas en relojería normalmente solemos fruncir el ceño y mirar con cara rara a quienes nos hablan de ello. Ni somos decoradores, ni diseñadores, por lo que entrar en el mundo de los estilos suele ser algo que no nos incumbe demasiado. Simplemente, nos inclinamos o nos decidimos por un reloj porque nos gusta.
Pero, querámoslo o no, ese carácter que tanto nos gusta de un reloj, eso que muchos no saben explicar y que hace que lo elijamos por encima de otro suele ir acorde con una corriente estética o de pensamiento que alcanza muchos aspectos de nuestra vida. A veces conscientemente, a veces de forma inconsciente, nos sentimos atrapados o atraídos por una estética en particular porque nuestra forma de ser nos hace cercanos a ella, nos hace sentir a gusto. Por lo tanto conocer los diferentes estilos nos permitirá no solo poder hablar con propiedad a la hora de describir un reloj, o tener mejores conocimientos del mismo, sino disfrutar aún más de la rica historia que cuentan y que existe detrás de lo que a simple vista para muchos no es mas que un objeto cotidiano.