Oficialmente, la duración promedio de una correa de resina es de unos dos años. No obstante es muy habitual que nos dure bastante más, aunque empiece a acartonarse y deteriorarse. Los cuidados de una correa de resina han de ser, principalmente, la limpieza y la precaución de que no la deterioren productos derivados del petróleo o/y agresivos, como agentes que contengan disolventes (los esmaltes, por ejemplo). Cuando la sumergimos en agua de mar o la ensuciamos, debemos limpiarla con detergente neutro y, siempre, secarla. En verano es altamente recomendable no dejarla empapada en sudor, y mantener una distancia entre nuestra piel y la correa de unos pocos centímetros (Casio aconseja una distancia similar al grosor de un dedo: es decir, nuestro dedo tiene que deslizarse sin problemas entre la piel y la correa). Por lo tanto, es muy desaconsejable llevar el reloj ceñido a la muñeca, ya que en este caso el aire no pasará y la transpiración del sudor quedará retenida en la correa.
Muchas veces podemos mejorar las correas -si no están muy deterioradas- empapándolas en aceite de silicona, y dejando que se lubriquen por espacio de unas dos semanas. Incluso podemos adoptar soluciones "más extremistas", como añadirle pegamentos especiales o trozos en forma de remiendo de otras pulseras, para las zonas dañadas, uniéndolos luego (una solución que ha de realizarse con sumo cuidado y que, en todo caso, muchas veces solo es temporal, puesto que dependiendo del "parche" éste aguantará más o menos). También podemos elegir para las roturas parches de cámaras de bicicleta, aunque en este caso deberemos tener mucho cuidado con el pegamento a usar.
| Redacción: Zona Casio