Tienen en común los niños. Pues sí. Se puede decir que los niños "inventaron" el G-Shock, y ellos inventaron... ¡el bolígrafo! Como sabéis, Kikuo Ibe se encontraba en un atolladero ante el desafío de crear el primer reloj resistente a impactos. Todos los prototipos habían fracasado. Hasta que, de casualidad, vio a unos niños que jugaban y uno de ellos hacía rebotar la pelota sobre el suelo "sin romperse". Eso le dio la idea de crear algo similar para los relojes, creando una cubierta envolvente que amortiguara el choque contra el suelo en una caída. Así nació el G-Shock.
Curiosamente otro tanto ocurrió con el bolígrafo. A Biró, el inventor del bolígrafo que todos hoy tenemos a nuestro alrededor, se le ocurrió la manera de distribuir la tinta uniformemente al ver que unos niños jugaban a las canicas en la calle. Entonces se percató de que la canica, cuando atravesaba un charco de agua, dejaba una línea de rastro por donde pasaba. Trató de llevar ese sistema a su útil de escritura, que con el tiempo dejaría anticuadas a las molestas plumas estilográficas que todo lo manchaban de tinta.
Así fue cómo unos niños, sin saberlo, dieron lugar a dos de los inventos más imaginativos de la historia, los cuales crearían alrededor de ellos una industria millonaria en ventas y en beneficios. ¿Y el desodorante? Bueno, el desodorante "con bola" también lo diseñó Biró, con el mismo principio que sus bolígrafos.
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