Aunque el emperador Augusto le quitó a febrero un día para ponérselo a "su" mes (agosto) y así no ser menos que el mes dedicado a Julio César (julio), ya que el mes de febrero, en origen, constaba de 29 días, hay años en los que este curioso mes recupera su cantidad de días originales y vuelve a tener aquellos 29 días. Esas ocasiones corresponden a los años bisiestos, y este 2016 fue uno de ellos.
Así, el día 29 de febrero (y aunque realmente no me di cuenta hasta la tarde) mi reloj F-24 ignoró esa fecha bisiesta y pasó directamente al 1 de marzo. Eso les ocurre a todos los modelos con el tipo de calendario que Casio denomina "28 días para febrero". Es un calendario semi-automático, y aunque tiene esa molestia, a su favor posee que es un calendario que jamás caduca, o sea, realmente perpetuo (ya sabéis que calendarios "totalmente perpetuos" no existen, ya lo explicamos en este mismo blog en otra ocasión).