A Casio "se le están subiendo a las barbas" demasiados fabricantes últimamente. Mientras Nixon comercializa sus robustos SS, y Armitron sus Rubik y demás, todos con macizas cajas de metal y precios muy competitivos, es ahora la poderosa firma Timex quien mueve ficha donde Casio no puede - o no quiere - hacerlo: en los asequibles digitales con caja de acero macizo.
Si antaño era Casio quien hacía estas cosas, es decir, ofrecer mejores relojes que la competencia, incluso con más tecnología, a precios populares, hoy Casio se ha vuelto "su propio enemigo". Adopta la postura que antaño tenían sus rivales (a los que barrió), y ahora son sus rivales quienes ofrecen buenos relojes, acabados, y materiales.