Todos los detalles y secretos del nuevo Rangeman GPR-H1000

Primero fue el GW-9400, aparecido en 2013, luego el GPR-B1000, aparecido en 2018 (que estuvo muy poco tiempo en el mercado, y tan sólo en cuatro variantes -una de ellas edición limitada, además-), y ahora Casio vuelve a impulsar la línea de los Rangeman con el novísimo GPR-H1000.

El GW-9400 estrenaba no sólo línea (la Rangeman) dentro de las Master of G (relojes para profesionales y especialistas), y logotipo -el gato salvaje- sino que, además, por primera vez G-Shock tomaba la tecnología de Triple Sensor de los Pro Trek y la llevaba a uno de sus modelos. Hasta entonces, las líneas de Pro Trek y G-Shock estaban muy bien diferenciadas, y los segundos eran más resistentes y robustos, pero los primeros incorporaban más tecnología.




Si el GW-9400, como decimos, estrenaba Triple Sensor (el V3), con el GPR-B1000 Casio introducía lo último de su tecnología, siendo la estrella Bluetooth (de ahí la "B"), y el display MIP. Este nuevo Rangeman GPR-H1000, gracias a la programación de Polar, nos ofrece ahora sensor de ritmo cardíaco (Heart Rate Monitor, de ahí la "H"), además de GPS, sumando en total seis sensores (no hace tanto lo máximo en este tipo de relojes eran los Quad Sensor, pero pronto eso se ha visto superado).

Llama la atención, además, que los Triple Sensor estuvieron con nosotros desde mediados de los noventa, y prácticamente no variaron (sí en miniaturización, pero poco más) hasta unos tres lustros después, ni más ni menos.Desde hace eso, unos diez años, la tecnología en estos relojes ha estado dando unos saltos imparables: Bluetooth, acelerómetros, sensores cardíacos, GPS... O dicho de otra forma: en apenas diez años hemos tenido más innovaciones en este campo que en los veinte años pasados. Eso se debe, obviamente, a la irrupción de los smartwatches en el mercado del consumo, a la feroz lucha entre los pocos fabricantes de este tipo de relojes que quedan (casi todos asiáticos), y a la velocidad a la que les está obligando a ir los superventas del momento, como Apple con su Watch.



Casio ha querido irse por otros derroteros y pasar un poco de refilón por todo ello, de ahí que no tengamos smartbands de la marca nipona, y que hayan llegado tan tarde al mundo de los smartwatches. De hecho, su último producto de este tipo, el GSW-H1000, dependía totalmente de Google y está prácticamente desaparecido. Casio, decimos, ha querido desviarse por otro camino, primero ofreciendo relojes inteligentes para outdoor en la línea Pro Trek (la Pro Trek Smart, con realizaciones como el WSD-F30), que no les funcionó, desviándose a continuación por el campo de los negocios con modelos B2B como el WSD-F21, que también fue un fracaso absoluto.

Sin embargo, en Casio no pueden ser ajenos a lo que demanda el usuario actual, cada vez más absorbido por la tecnología, por el smartphone y por las apps, con claros competidores como la propia Apple o Garmin. De manera acertada a nuestro entender, Casio ha decidido dejar de dar bandazos y se ha centrado en la tecnología de MIP, que ofrece muchísimas ventajas (robustez, solidez, durabilidad, bajo consumo y gran definición), sin mezclarse en la guerra de la lucha por la autonomía, piedra de toque y punto débil del resto de smartwatches hoy a la venta. Y para ahorrar tiempo y poder ofrecer resultados fiables, ha decidido a su vez aliarse con Polar (algo habitual en la Casio histórica), con el fin de poder ofrecer sus más eficientes algoritmos.



El resultado son productos muy completos, innovadores, útiles y prácticos, sin la penalización de tener que estar pendiente de recargas, de ver angustiosamente cómo cuando más lo necesitas el reloj se queda sin batería y te abandona, ni la fragilidad e inutilidad de displays a color, muy bonitos, pero que se ajustan poco a los requerimientos de un reloj de esta índole. Gracias a esa estrategia hemos visto los mejores modelos de Casio "smart", como los GBX-100, GBD-200, GBD-H2000, DW-H5600, o el protagonista de este reportaje: el nuevo GPR-H1000.

El Casio GPR-H1000 estará disponible de inicio en dos variantes, la clásica negra estándar denominada GPR-H1000-1, y una variante en un atractivo amarillo-construcción (más concretamente Hi-Way Yellow, un tono que se utiliza en maquinaria pesada para hacerla más visible) denominada GPR-H1000-9, ambas a un precio de 499 €. En ellas, Casio ha condensado todo su saber hacer en un reloj compacto y muy robusto, que recoje toda la experiencia y funcionalidades del DW-H5600 y que las eleva un escalón más al ofrecernos GPS y una construcción resistente al barro. Además, cuenta con nada menos que 6 sensores (sensor óptico cardíaco, acelerómetro, giroscopio, sensor magnético, sensor de presión, y sensor térmico). El sensor óptico se dedica a la medición de oxígeno y pulsaciones, el acelerómetro y giroscopio para el análisis de datos durante la práctica deportiva, el sensor magnético para ofrecer las lecturas de la brújula, el sensor de presión se utiliza para el barómetro y el altímetro, y por último el sensor térmico se usa para el termómetro. A todo ello hay que añadir el receptor GPS, que permite guiarnos en rutas sobre mapas y ofrecernos diferentes tipos de información en combinación con la app.



Además de todo ello, el GPR-H1000 cuenta con función de alarma por vibración, almanaque (horarios de salida y puesta de sol), y gráfico de mareas. Por supuesto, en cuanto a reloj es completísimo, con cuatro alarmas, cronógrafo, temporizador, e incluso un "modo vuelo" para apagarle todas las emisiones y recepciones de radio.

La fecha de comercialización oficial facilitada por Casio será el próximo 24 de febrero, lo que en la práctica supondrá probablemente que a España no llegue hasta el mes de marzo, como muy temprano.

Un hecho destacable del GPR-H1000 es su alimentación dual. En efecto, el reloj cuenta con una batería que se carga por USB y con la cual nos permite exprimir las funcionalidades de alto consumo, como los sensores ópticos o el GPS. Este cargador es un adaptador del tipo pinza (no es un jack como en los GSW-H1000), que permite así cargar la batería más eficientemente. Sin embargo, para las funciones típicas de reloj como la hora, se hace uso de la célula solar, de esta manera nos aseguramos que, aunque la batería esté agotada y no podamos recurrir a las funciones más complejas, siempre podamos saber la hora y el reloj no se apagará. Algo muy útil en condiciones extremas y si no tenemos un enchufe cercano.



Otro detalle muy interesante es la construcción de la correa (que es del tipo "soft", es decir, blanda, para que resulte más cómoda), caja y bisel, todo ello construido con resinas de procedencia biológica. Ahondando en este tema, los pulsadores están protegidos por un cilindro de metal, los mismos pulsadores poseen una textura en su superficie para facilitar ser operados con guantes, y cumplir a su vez funciones anti-deslizantes, y en los laterales unas guardas de acero protegen la entrada del sensor y el pulsador medio. La encargada de servir de cobijo al sensor está realizada recurriendo a la técnica de moldeo de metal (MIM), mientras que la del pulsador a las 9 está hecha de acero forjado.

Finalizando con la tecnología de piezas, toda la tornillería del GPR-H1000 dispone de cabezas hexagonales, utilizada por G-Shock inicialmente en sus modelos de bisel de acero, que es más duradera y robusta (y reduce significativamente el riesgo de dañar las cabezas) que los clásicos tornillos en cruz. Esto facilita enormemente las obligadas tareas de limpieza y mantenimiento a las que, necesariamente, debe someterse este reloj si se usa en entornos hostiles y al aire libre.



Conclusión
Estamos ante uno de los más esperados lanzamientos de G-Shock, un modelo que debería satisfacer a los más fervientes admiradores de la línea Rangeman ya que eleva ese concepto al grado más alto que la tecnología actual permite, sin penalizar robustez ni funcionalidad. Un modelo que debería hacernos olvidar el fiasco que supuso en parte el GPR-B1000, y eclipsar al que parecía hasta ahora imbatible GW-9400. ¿Logrará conseguir tal hazaña? El tiempo lo dirá pero, desde luego, atributos tiene -y de sobra- para poder triunfar.