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7.10.2022

El fin de la relojería no es el fin de G-Shock (por si alguien tenía dudas)



Podría parecerlo, pero no lo es. No lo es mientras uno de nosotros siga vivo con un G-Shock en su muñeca, aunque seamos una isla y minoría entre un ejército de Apple Watches y sus múltiples clones. Creo que ha llegado el momento de demostrar esa supervivencia de la que tanto se habla cuando uno menciona a G-Shock, de la que cuando los otros caen, él continúa levantándose.

Pueden lanzar en Apple modelos robustos que imiten sus cualidades, pero nunca serán un G-Shock. Incluso la propia Casio puede reconvertirlos en relojes de medio kilo de peso y media tonelada de oro, pero G-Shock es mucho más que eso. Es una corriente, una forma de entender la relojería como algo práctico y funcional, una manera de pensar fuera de las modas y tendencias, al margen de la fugacidad de influencers y famosetes.

G-Shock no es una red social, G-Shock no es una campaña de patineros ni unas bonitas fotos de estudio. G-Shock es una declaración, un movimiento, una elección que tomamos cada mañana al ceñirnoslo en la muñeca. G-Shock va más allá de una marca y, por ello, aunque el mundo cambie y los intereses de hoy sigan derroteros caprichosos, su leyenda seguirá perdurando en cada uno de nosotros.




| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com




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8 comentarios:

  1. Anónimo10.7.22

    El día que prohíban las pilas de botón ( cuyo fin está cerca... ) Sólo sobrevivirán los relojes automáticos y los que tengan baterías verdes para los smartband y compañía, dudo mucho que los relojes tipo G- Shock puedan sobrevivir sin pilas, a menos que se conviertan en Smarwatch.

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    1. No hay problema, hay Tough Solar para rato. Además, acaban de catalogar a la energía atómica como energía verde, como para prohibir las pilas botón :D Ni por asomo. Solo date cuenta la cantidad de dispositivos que dependen de ella: mandos de garaje (cada vez más); mandos de portales (cada vez más); mandos de coches (cada vez más); audífonos, ordenadores, ciclocomputadores...

      Por otra parte, si no las prohibieron cuando eran tan contaminantes con los compuestos de mercurio, como para prohibirlas ahora. De hecho las pilas botón actuales son bastante limpias, no tienen nada que ver con las antiguas. Para que nos hagamos una idea, hace poco se actualizó la clasificación de pilas y baterías y las de litio pasaron a ser consideradas elementos peligroso. Las baterías son muchísimo más contaminantes que una pila botón, y al ritmo de actualización actual, duran lo mismo.

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  2. Anónimo10.7.22

    Ojalá sea como dices, pero quién te iba a decir que la energía nuclear iba a ser verde, en un mundo tan cambiante y sin sentido lo único seguro son los relojes mecanicos.

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    1. Ni por asomo. En el mundo de hoy es precisamente todo lo contrario: inexactos, se magnetizan con todo lo que hay alrededor, difíciles de mantener, caros...

      Si me dijeras que fuese a mediados del siglo pasado donde el único aparato electrónico era un receptor de radio o un televisor, pudiera ser. Donde había relojeros hábiles en cada esquina, que te podían ajustar y mantener el reloj (y aceitar) a precio módico, tal vez. Pero en el mundo actual un mecánico no tiene ningún sentido, a no ser como curiosidad.

      Es como decir que las máquinas de escribir son mejores que un ordenador... Y ciertamente en muchos aspectos lo son, pero inútiles en el mundo que nos movemos.

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  3. Sergi10.7.22

    Buenas tardes ZC y participantes del canal.

    Más que el final de la relojería, diría el final de la relojería como se entiende actualmente, para ser relojería "diferente". Como ha pasado en algunos sectores o acabará pasando; los comercios de textiles acabaron con muchos sastres pero no con la sastrería, el cuarzo acabó con parte de la relojería mecánica, pero no con toda... Pero igual me equivoco.
    Que pasen una buena tarde.

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    1. Así es Sergi, tienes mucha razón. La relojería como tal no acabará, más bien diría lo contrario: vive una segunda juventud con los smartwatches y smartband (cuando hace no tanto, la mayoría no llevaban reloj).

      Lo que sí acabará es tal como era antaño.

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  4. Somos el núcleo duro de irreductibles, y me encantaría seguir así. Pero no sé si la rentabilidad nos lo permitirá. Si cada vez se venden menos relojes, su precio irá en aumento. No creo que tuviera problema en pagar 50€ por un F-91W porque soy un friki, pero si la cosa se disparase, ya no lo se.

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  5. Ah, el placer de la exclusividad. :-)

    Hace no demasiado me sorprendió ver un reportaje mostrando un caballero septuagenario paseando en un glorioso Mercedes 300SL cabrio de primerísima generación con unos elegantísimos guantes de conducción y luciendo nada menos que un reloj de bolsillo con una correa adaptadora para su uso en muñeca en el mismo color de cuero marrón claro. La viva imagen del estilo.

    ¿Estaremos nosotros a la altura en unos cuantos años, cuando ya todo el mundo haya aceptado la banda biomètrica y el prestigioso pero ya poco original smartie clónico o no, pero calcaditos todos ellos, que para algo persigue la humanidad infatigablemente el reconocimiento social desde los albores de la civilización ?.

    Yo creo que los que hoy estamos aquí aún conservaremos alguna de estas rarezas y sabremos lucirlos con orgullo. Y si por alguna causa -la económica entre ellas- ya no figuran en nuestro ajuar, seguro que una impresora 5D -iba a poner 4D, antiguo que es uno-, un poco de programación sobre una Raspberry 2054bis y un poco de asesoramiento técnico por parte del último holoblog de la historia llamado ZonaCacho -ay, cómo tuvimos que sufrir todos cuando las multinacionales de Pekín compraron todos los derechos de escritura de marcas comerciales pasadas y venideras- nos van a devolver muchas ilusiones para las que serán nuestras segundas o terceras juventudes.

    Porque nos podrán quitar nuestros relojes, nuestras pensiones y hasta nuestra dentadura postiza, pero nunca podrán quitarnos ¡¡¡la ilusión en nuestras muñecas!!! (esto hay que imaginárselo montados todos a caballo con faldas escocesas y un piquito de reverb y, claro, con la musiquita de Braveheart de fondo. A la cuarta o quinta vez que te lo imaginas ya casi no parece ridículo y hasta te ves capaz de que, que con un puntito de demencia senil colaboradora, como nos metan a todos en el mismo asilo, la armamos). X-D

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