Las navajas suizas suelen ser una muestra de elemento resistente y de artilugio que nos acompañará bajo cualquier circunstancia o inclemencia meteorológica. Al fin y al cabo, están construidas con metal como elemento principal de sus piezas y armazón. Sin embargo como ocurre con los "auténticos" y originales G-Shock, Victorinox ha decidido dotarlas de un elemento extra de protección ante golpes, caídas e impactos: un "funda" de resina, al más puro estilo de los legendarios G-Shock con caja de metal y bisel de goma.
Al final, todo está volviendo. La gente se está dando cuenta que los artilugios más modernos no les satisfacen, que una navaja siempre será una navaja y que por mucho que te descargues "apps" de las
Que Victorinox meta sus navajas icónicas en una funda de goma es muy indicativo. Precisamente nos recuerda que Casio no lo hacía tan mal en sus G-Shock (hasta Citizen llegó a intentar realizar su clónico de los G-Shock, no vendió uno, y lo abandonaron volviendo a los mecánicos que es donde tenían más experiencia), que la caja roscada y la pila de larga duración (o solar, en los más modernos GW-5000 y derivados), tenía una razón de ser y podía realizarse. Que un reloj funcional no tiene por qué no ser bonito, y que si algo no se vende o no es famoso, no quiere decir que no sea realmente práctico y valioso.
Tuvieron que llegar los raperos y los pop-eros para que las ventas despegaran, esos jovenzuelos que llevaban grandes collares de medallones para los que un reloj como G-Shock suponía el complemento perfecto. Les daba igual que fuera resistente o no, querían algo grande y barato, y en G-Shock lo encontraron. Y luego, claro, Casio les añadió para ellos las terminaciones a color.
Porque antes, cuando los relojes G-Shock eran eso: funcionales y hechos "para las crudas y las maduras", podías elegir cualquier color, "siempre y cuando fuera el negro".
¿Hoy G-Shock tiene aquella esencia? No se ve en los más caros GMW-B5000 y similares, y todos sus clónicos de "miles de miles" de euros "y todo hacia arriba". Esa no era la filosofía de G-Shock, pero sin embargo se venden a rabiar, se venden tanto que agotan las unidades de los MRG-B5000 a 4.000 como si fueran rosquillas. Al final, parece ser que siguen prevaleciendo los brillos, los cromados y los colores. Eso que hizo en su día triunfar a G-Shock, y sigue haciéndolo. Y aunque parezca incoherente, sorprende que aún hoy haya tanta gente que siga sin entender el principio de 1983. El concepto de los G-Shock.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
La idea no me parece mala, aunque yo de ser G-Shock me preocuparía más por los Victorinox Inox, que por 600€ te dan zafiro, acero y 130 pruebas de resistencia superadas.
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