La salubridad de los relojes (algo de lo que nadie quiere hablar)

La masificación del mercado de relojes chinos cada uno "de su padre y de su madre" y, a la vez, la decisión de la industria relojera suiza en irse retirando del mercado de los relojes asequibles (cada vez con menos ventas) para recluirse casi exclusivamente en el sector del gran lujo, ha hecho que sea de lo más habitual encontrarnos modelos venidos de zonas asiáticas, principalmente, con marcas que aparecen un día y luego se difuminan, y en sitios de venta online "de oportunidades" -y oportunistas- de sobra conocidos por todos, como Aliexpress, Alibaba, o Wallapop. A eso hay que unir la proliferación de las llamadas "micromarcas", pequeños emprendedores con más o menos acierto (y más o menos poder económico), que se deciden a hacer su sueño realidad y a lanzarse a la aventura de sacar adelante su propia marca.

Nadie parece controlar nada en ese sector. Hace unos años, de hecho, firmas de electrodomésticos como Balay, se empeñaron en sacar al mercado "joyas" hechas con piezas de sus lavadoras, lavavajillas y productos varios. Nadie les fue a decir que para hacer eso debían tener un acero especial, y no el acero industrial con el que se hacen ese tipo de objetos. Así fue cómo, de la noche a la mañana, unas piezas desechadas de lavadoras pasaron a formar parte de las muñecas de algunas mujeres como adorno.




Por supuesto la iniciativa no prosperó, aún a pesar de contar con la diseñadora barcelonesa Elena Estaun para impulsarlas. Se vendían en el e-shop de Balay, donde actualmente solo hay una cosa a la venta: un libro.

Lo grave del asunto no es lo de Balay, sin embargo, ya que a fin de cuentas es una compañía seria a la que se le presupone capaz de responder ante algún imprevisto o daño que las personas pudieran sufrir con sus joyas, y de ser capaz de afrontar serios controles de calidad (y pagar indemnizaciones a las víctimas, llegado el caso). Lo grave es cuando esto nos ocurre con una micromarca que ha sacado su reloj "in extremis", o con una firma china cuyo guardatiempo no se sabe de dónde sale ni de dónde ha venido (muchas veces ni siquiera estamos seguros quién nos lo ha fabricado).

_Relojes seguros_

//Cuando adquirimos un reloj de una página de oportunismo, a una firma de poca o nula trazabilidad, las posibilidades de que acabemos con algo que nos acarree problemas a la larga son muchísimas. Es una lotería en la que no conviene participar.//

Es cierto que en España funciona una agencia de consumo encargada de estas cosas -es decir: de controlar la salubridad y seguridad de todo lo que se vende en nuestro país-, pero por la que no pasa, lógicamente, la compra de un reloj que uno hace "por su propia cuenta" en una tienda extranjera. Además de esto, la Agencia no controla realmente todo lo que se vende (sería una tarea colosal), sino que, en muchas ocasiones, sólo actúa a posteriori, es decir, cuando una persona denuncia que ha tenido reacciones alérgicas con una prenda comprada en uno de esos bazares chinos, o cuando les avisan de terceros países. Como fácilmente supondréis, esto quiere decir que depende de los particulares, y en muchos casos si un reloj te produce una alergia no te molestas en hacer el traslado de una denuncia para ponerlo en conocimiento de la Agencia, simplemente dejas de usarlo y, si la cosa es más grave, ya tienes bastante con andar dando vueltas yendo al médico.

Por si fuera poco todo esto que os estamos contando, cuando uno se pone en contacto con las marcas para obtener información de este tema no saben ni responden. Algunos diréis que eso es una falta total de transparencia y de atención a su producto, pero tenéis que comprender que la mayoría de ellas funcionan a través de agentes externos, agencias de prensa y representantes de las firmas cuyo interés se centra en redactar notas de prensa chulas y en presentar las últimas novedades, no les pidas ir más allá porque ni quieren (si no les pagan por ello no lo van a hacer) ni les interesa. Y en cuestiones de seguridad sanitaria mucho menos, te dirán que no es su papel o, de hecho, en la mayoría de casos harán la famosa y más que habitual política del avestruz: meter la cabeza en un agujero e ignorar el problema, esperando que te canses de insistir y te vayas.



Así las cosas, podríamos pasarle la responsabilidad, entonces, a todas esas publicaciones que hablan de relojes, algunas de ellas con mucho público y actividad. Pero tampoco a ellas les interesa este tema. A la mayoría de páginas y publicaciones de difusión relojera tan sólo les interesa "venderte" los relojes. Dedican un gran despliegue de medios y muchos párrafos y espacio para describirte las bondades de ese reloj, pero muy pocos -en la mayoría de las veces, ninguno- para hablarte de su seguridad. Como si su único interés fuera sacarte el dinero y, una vez te hayan "colgado" el reloj, darse la vuelta y salir corriendo y allá te las compongas.

De hecho, y a excepción de una sola de ellas (que es la de Guti, por cierto), ninguna se preocupa en verificar que ese reloj tenga cristal realmente de zafiro, su material sea de acero como asegura su distribuidor (el fabricante, muchas veces, ni se le encuentra ni quiere saber nada de la historia), ni aún verificar tan siquiera su peso. ¡Como para pedirles entonces que comprueben su seguridad!

A la vez, vemos cómo muchas micromarcas que van apareciendo en el panorama internacional relojero invierten no pocos esfuerzos, tiempo y medios económicos, en encontrar proveedores, buenos diseñadores y calibres. En el desarrollo, en suma, del producto. Pero nada o casi nada invierten en asegurarse que ese acero que adquieren para su caja sea seguro, en verificar su composición de níquel y/o materiales alérgicos, y en comprobar su pureza. Simplemente les dicen que eso es acero 316L, añaden lo de "quirúrgico" (que siempre vende bien), y listo. Nada ni nadie mira nada, ni comprueba nada. Por supuesto, no pidas ya que envíen al menos un prototipo a un laboratorio para verificar tal extremo, ¡eso ni se les pasa por la cabeza!

_Relojes seguros_

//La mayoría de páginas y marcas se preocupan de la venta del reloj, pero no de que usarlo sea siempre seguro.//

Tampoco pidas que su correa haya sido sometida a procesos de limpieza seguros, a químicos no dañinos o que puedan quedarse residuales en la piel, o a tintes que no produzcan o agudicen alergias. Porque, ¿no te has planteado que esas rojeces que tienes en los dedos, o esas molestias en la piel o picores, pudieran ser producidos por el armis, la correa o la caja de tu reloj?

En este sentido tenemos que romper una lanza en favor de Diloy. Esta firma especializada en correas fue la única que nos habló de seguridad y salud de correas sin tapujos, y de hecho estuvimos con ellos largo rato debatiendo sobre el particular. En esa conversación nos contaron que ya hacía años que la Unión Europea era muy estricta en ese sentido, y que solo les permitían utilizar unos aditivos muy, muy limitados. Les consultamos sobre su gama de colores, y nos contaron que no podían hacer más variedad precisamente por esas limitaciones, y que la durabilidad de una correa actual frente a una antigua dependía muy mucho de los aditivos. Es algo así, para que os hagáis una idea, de lo que ocurre con el lume en los relojes. Antiguamente el lume duraba mucho tiempo, pero claro, a costa de utilizar productos radiactivos muy peligrosos. Con las correas, armis y metales utilizados en relojería ocurre lo mismo, sólo las casas de renombre y de prestigio (Omega, Zenith, Certina...), son capaces de controlar los metales y verificar que el reloj que llega a su propietario es realmente seguro y no le va a producir problemas de salud. En el resto de fabricantes chinos y de marcas "del montón", la mayoría no saben de dónde procede el metal, quién se lo hace, ni qué procesos ha superado. Lo mismo podríamos decir de correas y armis. Y si una marca es capaz de ahorrar hasta en un mísero tornillo o en la grabación de un logotipo, ¿cómo no iba a ahorrar en algo que le puede resultar más caro, como un metal mejor?



Lo más alarmante es que tampoco esas marcas se preocupen de verificar esos aspectos. Por otro lado, tampoco son tests que sean demasiado complicados, con muy poca inversión (mucha menos, por supuesto, que la que desembolsan en el diseño de su reloj), cualquier marca, por pequeña que sea, puede encargarle a un laboratorio que verifique la calidad del metal. No se necesitan muchas cosas ni un laboratorio muy surtido, cierto que no es algo aconsejable para hacer en casa, pero para el níquel, por ejemplo, sólo se requiere un par de reactivos, dimetilglioxima e hidróxido de amonio. De hecho hacía tiempo ofrecíamos esas pruebas en esta misma publicación (hasta que dejamos de hacerlas porque comprobamos que la mayoría de relojes de Casio sí eran seguros, como no podía ser de otra forma, por supuesto).

En definitiva, cuando adquieras un reloj, sobre todo si no es de una marca reconocida, no pienses solamente en lo bonito que es y en los componentes que lleva, sino preocúpate también en que sea seguro, que esté hecho del tipo de metal que el fabricante dice, y que todo en él esté fabricado cumpliendo la normativa comunitaria de joyería segura. Ganarás en confianza y te lo podrás poner con tranquilidad, porque de lo contrario cada vez que te coloques en la muñeca ese chino venido de quién sabe dónde, ¿podrías sentirte a gusto con él?

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

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