Título: Los viudas negras.
Autor: Isaac Asimov.
Fragmento:
- Tú eres un artista y fijas tu propio horario. ¿Por qué tienes que despertarte de mañana temprano?
- Bueno, trabajo mejor a esa hora. Además, me importa el tiempo. No tengo que vivir pendiente del reloj, pero me gusta saber qué hora es en todo momento. En cuanto al reloj que tengo parece estar adiestrado, ¿saben? Después de lo que pasó, después que asesinaron a Marge, estuve ausente de mi casa durante tres días y resultó que el reloj se detuvo justo a las ocho de la noche del domingo o del lunes a la mañana. No sé. De todos modos, cuando volví, allí estaba, señalándome las ocho como si quisiera insistirme en que ésa era la hora de levantarse.
Muy bonito este pasaje. Son de esos textos que te hacen ver que los relojes a veces es como si tuvieran vida propia.
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