Durante estas semanas mucho se ha hablado y teorizado sobre la desinfección, específicamente, sobre la mejor forma de desinfectar nuestros relojes y asegurarnos una completa eliminación de gérmenes. Así que nos hemos lanzado y hemos decidido ir un poco más allá, haciendo lo que no se debe hacer: someter a nuestro reloj a una desinfección máxima con agentes muy, muy agresivos.
Lo que hemos hecho ha sido empapar completamente nuestro reloj en cuatro soluciones distintas: alcohol, agua oxigenada, agua salada, y lejía. Los expertos aconsejan, para asegurar la desinfección, mantener el elemento empapado durante al menos cinco minutos. Nosotros hemos ido más allá: lo hemos dejado empapado hasta que prácticamente se evaporase.
Además, hemos decidido comprobar cómo afectan esos agentes desinfectantes a dos tipos diferentes de materiales: a las resinas de caja y cristal de los Collection convencionales, y a los bezels y cristales minerales de los G-Shock.
Alcohol
Sin duda es estos días "el oro líquido" más apreciado, imposible de encontrar en farmacias y droguerías. Aunque el alcohol debe usarse al 60 o 70%, nosotros hemos decidido, para la prueba, usar alcohol a 96º, mucho más agresivo. Lo hemos dejado empapar los relojes, y tras muchos minutos hemos comprobado los resultados. El peor parado ha sido el modelo de resina de Collection, literalmente lo ha destrozado. Tanto la caja como sobre todo, el cristal, los ha quemado por completo. Los desperfectos han sido de tal magnitud que podríamos considerar el reloj irrecuperable. Además, las quemaduras en superficie impiden ver la hora con comodidad.
En cuanto a G-Shock, su cristal mineral gana por goleada: es mucho más duro, y eso se nota cuando se tiene que someter a este tipo de tensiones. También el bisel ha aguantado bastante bien, aunque quizá se acabe debilitando. Sin embargo, para una limpieza el bisel de goma se ha portado mejor de lo esperado con el alcohol.
Agua oxigenada
Tras cinco minutos con el agua oxigenada, se comienza a escuchar un leve "siseo" debido a la oxidación, especialmente en el bisel de goma de G-Shock, al cual seguramente está comenzando a dañar sus frágiles cadenas de polímeros. Apenas ha transcurrido ese mínimo tiempo aconsejable para su desinfección, cuando el producto empieza a producir gases -muy poco aconsejables de respirar, por cierto-. Tras media hora, la saturación en la caja de resina del Collection comienza a hacer de las suyas, y la solución comienza a burbujear.
Tras casi cuarenta y cinco minutos, tiempo más que suficiente para una eficaz desinfección, los relojes siguen bastante empapados, aunque ya se ha evaporado buena parte de la solución sobre el cristal. En el bisel de goma del G-Shock se ha formado una especie de costra blanquecina, que no identificamos bien a qué puede ser debido. Probablemente a las reacciones químicas sobre su superficie. Sea como fuere, es una marca imposible de eliminar, que afecta a su aspecto y que solo se podría disimular "pintando" encima de ella con algún marcador permanente negro. Es evidente que los biseles de goma de los G-Shock no se llevan bien con el agua oxigenada.
Solución salada
La sal destruye los gérmenes por deshidratación, de manera que la solución ha de ser lo más concentrada posible. Nosotros no hemos tenido compasión, y hemos realizado una solución salina con unas proporciones casi de espanto, más de un 90%.
Curiosamente, parece que los relojes son inmunes a ella, y que pueden soportarla sin problemas: no emite olor, gases ni burbujeos. Sin embargo el problema de esta solución salina no se percibe a simple vista ni en un corto espacio de tiempo, y sus consecuencias nos vendrán a la larga: oxidación de tornillos traseros, pulsadores, y resquebrajamiento de juntas son sus más que probables consecuencias.
Lejía
La prueba de fuego de nuestra comparativa es la lejía. Los expertos sanitarios en desinfección aconsejan mezclas en torno al 1% de hipoclorito sódico. Nosotros hemos usado una mezcla en torno al 30%, es decir, muy superior a lo aconsejable, y suficientemente fuerte para matar todo tipo de gérmenes. La lejía es el desinfectante más eficiente frente a la mayoría de patógenos, incluyendo virus y hongos y, por supuesto, bacterias.
Nada más verterla sobre el reloj nos llega un olor nauseabundo. Curiosamente es, junto con el alcohol, la primera de las soluciones en evaporarse. Sobre las cajas de reloj no parece haber ningún daño a simple vista, pero seguramente al bisel de los G-Shock no les agradaría nada semejante tortura y "quemazón", y es más que seguro que lo deja tocado.
Además, el olor que deja sobre el reloj es difícil de eliminar, y permanece "pegado" incluso tras secarlo a conciencia. Desde luego no es nada agradable volver a ponerse un reloj con semejante "tufo" encima.
Conclusiones
Como ha quedado demostrado, ningún agente desinfectante es perfecto ni delicado con nuestras "piezas de tiempo", todos ellos dañan en mayor o menor medida las superficies de los relojes (ni hablemos ya de sus acabados). Quizá el más agresivo de todos sea el agua oxigenada, sobre todo con los biseles de G-Shock (¡mucho cuidado con eso!), y peor aún el alcohol, con los cristales de resina a los cuales, básicamente, los devora. La lejía es agresiva con todos ellos, y unas cuantas horas "a remojo" es casi garantía de quedarte sin bisel en el G-Shock, o sin caja de reloj.
Hemos de tener en cuenta, no obstante, que esta ha sido una prueba en donde se ha dejado la solución reposar en el reloj durante mucho tiempo (a veces durante horas), algo que no ocurre cuando lo desinfectamos con normalidad, pero que sí nos sirve para extrapolar un contacto continuo y diario con el agente desinfectante. De modo que, esporádicamente, podemos limpiar el reloj con alcohol, agua oxigenada e incluso lejía sin muchos problemas, pero si hacemos eso a diario quedará nuestro Casio hecho fosfatina.
En cualquier caso, si tuviésemos que elegir un producto para desinfección, elegiríamos un gel a base de alcohol para los G-Shock. Los modelos con caja y cristal de resina es mucho más difícil decidirse, quizá para ellos sea simplemente el agua y el jabón. No soportan mucho más.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
leer atentamente. La confianza en que se necesita un reloj de acero y vidrio ahora es mayor.
ResponderEliminarMe encantan este tipo de pruebas. Gracias por todo el tiempo dedicado!
ResponderEliminarMiedo me daría ser un reloj y caer en vuestras manos, je je. Como siempre un trabajo que nadie nos ofrecerá. Muchas gracias.
ResponderEliminarLo mejor es usar alcohol isopropilico
ResponderEliminarEstimado. Escribí que estaba enojado y no volvería a escribir por acá. Sigo enojado, pero vuelvo a escribir para hacer notar algo importante.
ResponderEliminarNumero uno. Falto que hiciera la prueba con un collection con caja de acero y cristal mineral.
Numero dos. Más importante, es que pensaba felicitarlo por su tópico, pero dando una vuelta al respecto en mi cabeza, llegue a la conclusión contraria. Vengo a reprochar sus pruebas. ¿Por qué? Pues para quienes hemos desarmado y limpiado relojes, por cualquier motivo, sabemos que cualquier reloj plástico con cristal de acrílico no aguanta el alcohol. Lo que muchos no saben, es que la prueba que hizo usted es del todo innecesaria. En ingeniería mecánica se estudia una materia llamada resistencia de materiales. Existen tablas completas sobre la resistencia de muchísimos materiales frente esfuerzos físicos y químicos. Entre esos están variados plásticos, como el PUR y el PP. Si hubiera investigado un poco más no necesitarías arruinar esas bellezas de relojes, sino sacar como conclusión que esos plásticos de esos relojes "toleran bien" verse expuestos a esas soluciones. Es decir, que se verán afectados, pero no de forma sensible e inmediata. A largo plazo veras los efectos de desgaste del material frente al cloro, agua oxigenada y salada.
Para finalizar mi critica -constructiva pues doy una pista a donde debe profundizar su inquietud respecto de la limpieza y desgaste de relojes casio - espero que le de una vuelta de tuerca al tema y que siga hablando de relojes, como lo ha hecho en algunos temas nuevos.
Me despido deseando a usted prosperidad y salud.