RelojesDeModa.com

11.01.2013

¿Objeto de arte o herramienta de trabajo?


La utilidad de los relojes cada vez está siendo puesta más en duda. De los primeros modelos hechos con piezas de bronce y cobre a los más modernos realizados con fina orfebrería la técnica, la tecnología y también la sociedad ha evolucionado muchísimo.

Ciertamente existen revistas dedicadas exclusivamente a los relojes, pero solamente llevan a sus páginas los modelos más lujosos y glamorosos de las marcas. ¿Alguien se imagina una revista de coches donde no se prueben o se hagan reportajes con modelos Renault, o Seat, sólo por no ser automóviles "premium"? Pues en los magazines actuales lo hacen, quizá porque quieren mantener esa atmósfera de "objetos de lujo" a sus páginas. Allí no verás relojes Casio Outdoor, ni Collection, e incluso los Edifice caen muy de cuando en cuando. Se centran en movimientos mecánicos y en elementos de joyería porque eso es para ellos "la auténtica" relojería. Olvidan que si el plástico se hubiera descubierto en la Edad Media todos los primeros relojes serían de ese material, e incluso en las abadías y monasterios dudo mucho que tuvieran diamantes y platino para adornas las agujas y esferas de aquellos primeros y humildes relojes.



Pero la sustitución del reloj-práctico al reloj-adorno va mucho más allá. E incluso las revistas que tocan los G-Shock suelen ser de moda y arte, y aunque a estos modelos se les suele mencionar a menudo su faceta de dureza y resistencia, se hace desde una perspectiva lúdica. Sólo hay que visualizar para darse cuenta de ello el último vídeo del Rangeman, donde se puede ver a un divertido "excursionista" haciendo piruetas circenses.

Podríamos decir que entonces nos quedan los Pro Trek, cuyo uso sí suele ser práctico. Pero los Pro Trek son utilizados como ordenadores de mano, si solamente ofrecieran la hora muchos escaladores y alpinistas ya habrían abandonado su uso.


No entiendo por qué nos quieren vender objetos prácticos como arte, cuando la mayoría de los que los usamos de forma diaria lo hacemos por sus funciones y para ver la hora. No lo entiendo salvo que sea... por dinero. En efecto: para vender productos muy caros. Y es que cuando compras un reloj para ver la hora te sirve casi cualquiera. Muy diferente es cuando compras un reloj para lucir, entonces tiene que tener un tipo de diseño, materiales y refinamiento que hace que sea un producto caro. Tremendamente caro e inflado de precio en algunas ocasiones.

Mucha personas no miran la hora nunca en su reloj. Lo que quieren leer es exclusividad en su esfera cuando giren la muñeca, y que el brillo cegador de sus piedras preciosas o aristas deje a todos boquiabiertos. Tal vez por eso los F-91 se vendan tanto y sean, a la vez, tan ignorados. Porque las personas que los llevan no tienen importancia, no generan beneficios, no tienen la cartera llena. Son unos "pobres desgraciados". No interesan. Lograr vender un F-91 a Amancio Ortega o a Emilio Botín no tiene mérito alguno. Lo que interesa es que se lleven unos cuantos modelos de precios astronómicos. Y para ellos están dirigidos esos glamorosos artículos en las revistas más interesadas del sector. No para ti ni para mí. No para unos humildes obreros que aún ponen la alarma en su reloj para despertarse en la mañana cuando el sol todavía no ha aparecido. ¡Alarma! ¿Qué es eso? Cuando hoy te despiertas en Bangkok y mañana lo haces en Sydney donde te espera tu jet privado no necesitas alarma ninguna. Tienes rubias secretarias que ya se despiertan por ti, ¿quién necesita una alarma? Quizá sea por eso que los relojes de más alto lujo ni la incorporan.


En algún lugar, en algún momento, alguien se dio cuenta de que podía convertir una máquina en arte y ganar mucho dinero. Pero la máquina ya de por sí es puro arte. El arte de dominar el tiempo. Lo demás son solo vestiduras que no añaden nada a la valiosa herencia recibida con el paso de los siglos.

| Redacción: Zona Casio

6 comentarios:

  1. Estoy bastante de acuerdo con vuestro punto de vista. Es decir, hay relojes baratos, buenos y prácticos.

    Sin embargo, y huyendo de los brillantes, y otros metales preciosos por que si, debo reconocer que no es lo mismo un plexi, que un cristal de zafiro.

    Igual que tampoco es lo mismo una caja de resina, a una de acero 316L.

    Podríamos incluir el titanio entre esos materiales, etc.

    Es decir, llegamos a un punto en que los buenos relojes son caros por sus materiales, y sus movimientos.

    A partir de esa cifra, pisamos el suelo de la alta relojería, donde entra en juego el poder artesano, la exclusividad, etc.

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  2. Pués así están las cosas. El reloj se ha convertido en uno de los elementos que tiene el abanico más amplio de precios. Los hay de 10 € hasta los 500.000 € que vale el de Rafa Nadal, pasando por todos los precios intermedios. Y efectivamente como decís, a partir de ciertos precios, ya lo que se paga son los materiales, ya sea por su extraordinaria calidad, como el titanio grado 5, aleación "LITAL" y circonio con los que está hecho el de Nadal para conferirle esas propiedades tan especiales que tiene, o por su valor, como oro, diamantes, rubíes y otras piedras, como tienen los Rolex y otras marcas de alta gama.

    Esos relojes, como dice el artículo, son relojes-adorno. Hay anillos con un pedazo de pedrusco, que se luce en un dedo. Hay gemelos de oro con pedrería para lucir en la bocamanga de la camisa. Y hay relojes que no son para ver la hora, las agujas son la excusa para tener un lugar más donde ponerse una joya, la muñeca.

    Para el resto de los mortales están los relojes-prácticos, dentro de los cuales, los que tienen un diseño más refinado, más cuidado, como dice el reportaje, te lo quieren vender como arte, no sé si por marketing, para venderlos mejor dado que son más caros, o para inflar los precios por encima de su valor real. Cuando en realidad estos relojes se compran para lo que están hechos, para ver la hora y usar sus funciones.

    Sea como fuere, los que no pertenecemos a esa clase elitista que no necesitan mirar la hora (Amancio Ortega, Emilio Botín, Koplovitz, etc,), seguiremos sin saber que esas revistan existen, seguiremos sin preocuparnos si este o aquel reloj lleva un diamante, y seguiremos leyendo este blog todos los días e ilusionándonos cuando compramos un modesto reloj, como recientemente me ha pasado a mi o a Mr. Grumpy y a otra mucha gente.

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  3. Completamente de acuerdo con el articulo, pero con una excepción. Ningún reloj justifica sus precios por el material del que esta hecho, ninguno. Todos tienen precios infladisimos (que no me vengan con el cuento de que el acero 316l es carisimo ni la manga).Hacer un rolex debe de costar unos 150 dolares, incluido toda la mano de obra. Lo demás se va en publicidad (en sostener esas revistas que me da la impresión son para puro snobs) y por supuesto, para pagarle a ciertas personas que han destacado (a Rafa Nadal no solo le regalan los relojes, ademas le dan una pasta para usarlos, al igual que a todos los que vemos utilizando uno:"the choice of George Clooney" dicen en omega. si como no) y por aparecer en películas. Son artículos estatutarios, el reloj como un a herramienta poco a poco ha dejado de existir

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  4. En parte estoy de acuerdo. A Nadal le han dado el reloj con la condición de que lo lleve puesto en todos sus partidos y actos publicitarios (ayer, por ejemplo, en el partido que jugó lo llevaba puesto) ¡Que mejor publicidad que esa, para que luego venga Bill Gates y compre uno!...

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  5. Buen artículo, la verdad es que según que relojes se han convertido en un método de "ostentación" de poder adquisitivo. Para los que nos guste la practicidad siempre nos quedará Casio u otras marcas más asequibles...

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  6. Claramente los relojes son joyas para muchos, lo que menos importa casi es que den la hora.

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