Hay una máxima en el mundo de la estética que dice que los buenos diseños son aquéllos que se convierten en intemporales. Que se sobrepasan a sí mismos, y que son capaces de permanecer actuales independientemente de los años que hayan pasado desde su lanzamiento. Muy pocos diseñadores tienen este grado de destreza, y, de entre ellos, muy pocos logran realizar uno o dos diseños de este estilo a lo largo de toda su carrera. La razón es que para que un diseño de semejante magnificiencia sobrepase a todo lo demás y eclipse a todos sus rivales es necesario conjugar muchos aspectos que, en muchas ocasiones, son incompatibles entre sí: espectacularidad y utilidad; fiabilidad, funcionalidad, y atractivo; exclusividad y sencillez. A todo eso, por si fuera poco, hay que añadir que sus formas deben ser lo suficientemente genéricas como para que guste a todo el mundo, pero, a la vez, lo suficientemente innovadoras como para que se le identifique enseguida y se le reconozca desde lejos. En suma, "un lío monumental". Y tanto "lío" es ésto, que dar con su fórmula no es sólo dificilísimo y complicadísimo, sino que a veces puedes obtener el resultado contrario al que esperabas, con sólo mezclar de más (o de menos) cualquiera de sus ingredientes.
Las marcas (de todo tipo, pero los fabricantes de productos de consumo principalmente, y de relojes también, por supuesto) invierten multimillonarias sumas de dinero en contratar a expertos reconocidos que les den ese sello, esa identidad, esa "esencia estilística" que los haga únicos. Un producto así es garantía de que jamás su poseedor se cansará de él, de que siempre, sea el día que sea y el estado de ánimo o situación en la que se encuentre, le encontrará algo diferente y le parecerá nuevo. Pero claro, todo esto no es nada fácil de llevar a la práctica.
Casio ha lanzado infinidad de relojes, ediciones para todos los gustos y colores, versiones con todo tipo de materiales e, incluso, sus rivales han intentado imitarles poniendo "su granito de arena" para intentar conseguir su parte del pastel y éxitos en el mundo de la relojería (principalmente, de la relojería digital). Pero nadie ha podido superarle. ¿De qué estamos hablando? Obviamente, de la serie primordial y genuina de G-Shock: los 5600 (GW, WW, DW, GLX, GLS, y 5100, 5000... como quieras llamarlos).
¿Qué es lo que ha hecho de estos relojes algo únicos y verdaderamente míticos? Tal es así que por más versiones que lance Casio, y por más productos digitales, siempre tiene que recurrir a uno de estos 5x, quiera o no. El fabricante nipón ya intentó "actualizarlo" con el DW-5500 de 1985, y luego con las cajas redondas, pero al final de todo, sin remediarlo, siempre tuvo que volver al original y lanzar nuevos 5x rectangulares.
Pero, ¿por qué es tan atemporal este modelo? ¿Por qué los clientes siguen fieles a él, recurriendo a él y comprándoselo? Pues las razones son varias, y sí, todas están en su diseño. En primer lugar, toma en sí, resume en su cuerpo, todo el bagaje de lo que eran los relojes digitales de la época, de los primeros años del cuarzo (los F, los W...), que tanto identificamos en nuestro subconsciente colectivo con los modelos de plástico. Ese diseño nos conmueve y en cierta forma nos embelesa, y se hace con nuestro corazón en seguida. Y para hacerse con nuestra mente posee otra cualidad: su diseño resistente, su forma compacta pero a la vez llamativa. Eso hace que conjugue perfectamente dos puntos de vista a priori antagonistas: que sea fácil de llevar, de usar en el día a día, y que luzca y sea llamativo. Esto es, que lo puedas usar, pero también que lo puedas exhibir.
Y es que si ponemos un DW-5600 junto con uno de sus hermanos "gemelos" de caja redonda, el DW-5600 por ejemplo, vemos de lo que estamos hablando. El 5400 parece un aparato sumamente artificioso que, sin resultar feo o desagradable, tiene ese pequeño matiz de extrañeza que hace sentir incomodidad. Puede gustar más o menos a unas personas o a otras, pero desde luego no es rival. El 5600 sin embargo es estilizado, posee una figura equilibrada, es simple en su concepto y diseño, y práctico y funcional en sus prestaciones. En resumen: es uno de esos relojes que ha pasado la barrera del tiempo y se sitúa, por derecho propio y por elección de millones de personas que lo usan y han usado, como un modelo que nunca envejecerá, que siempre será actual. Que nunca te cansarás de verlo.
| Redacción: Zona Casio
Excelente entrada. Otro homenaje a este alucinante modelo.
ResponderEliminarciertamente un gran reloj, en cualquiera de sus variantes. Una pasada.
ResponderEliminarUn gran reloj y especial para las ediciones limitadas
ResponderEliminarYo estoy más que harto de ese modelo.Demasiado visto y no tiene nada especial.
ResponderEliminarNo se puede negar el acertado diseño del 5600 que perdura en el tiempo, pero tiene un rival fuerte, el modelo 6900 que es mas utilizado para las ediciones limitadas.
ResponderEliminarEl modelo 5600 tiene un tamaño muy comedido para mi gusto personal.
Ciertamente el 6900 es un modelo muy socorrido, y uno de los que más impulsa Casio, pero no tiene la presencia de un 5600. Ni tampoco su historia.
ResponderEliminarYo tengo el GW M5610 y lo cambio por ninguno, simplemente me encanta
ResponderEliminarClásico por derecho propio. Se sitúa quizás como el mejor diseño de reloj de todos los tiempos, compitiendo codo a codo con rolex y su submariner, con el omega "que fue a la luna" y con algunos pocos selectos más. Y todavía algunos fanfarronean con querer robarles su parte del pastel, como apple...
ResponderEliminarUn gran reloj, lo uso en mi dia a dia tiene las funciones necesarias y es muy resistente
ResponderEliminarSencillo, pero ckn una presencia muy poderosa.
ResponderEliminarUn favorito de siempre y por siempre.