Cuando Lorus (submarca de Seiko) presentó su novísimo old-school de resina, todos nos echamos las manos a la cabeza: ¡Madre mía! ¡Por fin el rival del mítico W-720, el que va a destronar al F-91, está aquí! ¡Por fin ese día ha llegado!
Sobre el papel, el reloj de Lorus prometía. Ciertamente su módulo era más o menos el de cualquier F-91, es decir, de los más básicos entre los básicos, pero añadía además una resistencia al agua mucho mayor, de nada menos que 100 metros (10 bares), y un precio, aunque notoriamente superior que el de los F-91, bastante competitivo para lo que a priori parecía: 35 €. Y sobre todo, venía con la garantía de una firma como Lorus, de la poderosa y legendaria Seiko, ni más ni menos. Así que, en efecto, este Lorus podía ser quien acabase por destronar al F-91, porque teniéndolo a él, ¿quién iba a adquirir el reloj de Casio?