Hay muchas historias de gente pobre que consiguió la fama y la fortuna, y se hizo millonaria. Esas historias suelen inundar páginas de libros y de Internet y repetidas una y mil veces con la intención (nunca entendí la utilidad de eso, la verdad, como si nos fueran a servir) de que los demás "aprendamos" también con sus consejos. Pero ¿y al revés? ¿Gente millonaria que se ha hecho pobre por propia voluntad? Pues sí, al revés también hay.
Chuck Feeney es un multimillonario que consiguió amasar una fortuna estimada en unos 7,2 billones de dólares. Tras acumular semejante cantidad de dinero en sus cuentas bancarias creó una fundación filantrópica, la Atlantic Philanthropies, con el fin de apoyar causas solidarias, principalmente encaminadas a la educación. Ahora, con 83 años ha decidido dar un paso definitivo: donará el resto de su fortuna (lo que le queda tras estar haciendo donaciones durante treinta años) a Irlanda del Norte, en donde se empleará para becas de estudio destinadas a jóvenes sin medios económicos. Para él se reservará únicamente una determinada cantidad de dinero con el fin de no acabar sus días en la indigencia.