Cuando Micro quería hacer los Marlin mejor que Casio

Aunque hoy prácticamente desaparecida, Relojes Micro fue una marca española que, durante varias décadas, gozó de cierta fama y difusión, no solo entre los clásicos relojes mecánicos, sino también de cuarzo. En los ochenta (y también durante algunos años de los noventa) se posicionaron con bastante firmeza en los relojes de ese tipo de tecnología, aunque bien es verdad que comenzaron allá por los sesenta con relojes mecánicos tanto de muñeca, como de escritorio.

Junto a otras hispanas como Dward y sus Teletime, trataron de seguir subsistiendo en el complicado panorama de la relojería de aquellos años. Pero en Micro fueron más osados todavía, y en su día llegaron incluso a intentar plantarle cara ni más ni menos - sorpréndanse, nuestros queridos lectores - sí, ¡a los Marlin! Tomando como punto de partida el W-24 de las Casio Marlin series, realizaron un reloj idéntico pero añadiéndole caja roscada y de acero. Como podéis ver por el frontal, tomaron todos los elementos del clásico W-24 que por aquellos años 80 era, dicho sea de paso, "el Marlin estándar", es decir, el Marlin que uno compraba cuando quería un reloj resistente al agua, muy completo, y asequible. Por todas esas virtudes (y no olvidemos tampoco su cristal mineral) el Marlin W-24 se convirtió en uno de los Marlin más populares, llegando a ser el reloj casi representativo de esta submarca, casi como el F-91 lo era - y es - dentro de las F Series o el DW-5600 lo es dentro de G-Shock.




Llama la atención, sin embargo, que a pesar de todo su esfuerzo y todos los materiales, el "Marlin" de Micro solo ofreciera unos anodimos y limitados 30 metros de resistencia al agua, que más o menos era lo habitual de aquella época en Micro, mientras que a pesar de su caja más endeble de resina, el W-24 "original" y auténtico llegaba a los 50 metros (como buen Marlin, dicho sea de paso).

Quizá por aquello de no meterse en cuestiones legales y que no se notara demasiado la copia (aunque como veis salte a la vista), el de Micro tenía unas mínimas y casi imperceptibles diferencias (sobre todo, para quienes no están acostumbrados a ver todo el día este tipo de relojes, o no estaban muy habituados a su uso), como era una franja azul más ancha en los laterales, y unas líneas rojas también más gruesas. En todo lo demás, incluso en la forma y señalización de las leyendas, y en los colores elegidos para las mismas, seguía el mismo patrón que el W-24.



El módulo, ni qué decir tiene, estaba años luz por detrás del bestial 248 de los Marlin, de hecho el de Micro todavía tenía nombre de día de la semana "a la antigua", por marcas, y no era capaz ni siquiera de mostrar el nombre por segmentos. Micro, como tantas marcas de aquella época (algunas trataban de confundirse con Casio por sus nombres, por ejemplo, existía la marca "Casino"), aspiraba a comerse un trozo de la tarta de los gigantes japoneses que dominaban el mercado, y una de las principales era Casio.

Tampoco hay que culpar a Micro por hacer ese "sucedáneo de Marlin", ejemplos de lanzamientos similares hay a patadas, e incluso con marcas mucho más poderosas. Por ejemplo, no hay que olvidar que cuando Casio lanzó su G-Shock enseguida vinieron los de Citizen para hacer su copia, el que hoy se conoce (o mejor dicho, los que hoy se conocen, porque hay varios) como Citizen Impostor, una historia que también tiene tela, y que ha contado muy bien Adan en su blog - incluso destripando uno, cosa muy rara de ver -, porque aquel "pseudo G-Shock" iba muy bien vestido por fuera (protección de resina por detrás y por delante, caja de acero roscada...), pero sin nada de lo que hacía a G-Shock ser lo que era, como su módulo flotante. Citizen lo único que trataba con él era de ofrecer un G-Shock (le copiaron hasta el logo de Shock Resist a Casio) "para incautos", pero sin la construcción interna que llevaban los "G" de aquella época (no dejaba de ser un reloj digital más, de una soberbia construcción, obviamente era un Citizen, pero sin nada de lo que tenían por dentro los G-Shock).



Más humilde (y más limitado también en cuanto a su difusión y comercialización), este "Marlin Micro" interpretaba un poco a lo suyo el concepto Marlin, tratando de que algún "despistadillo" que se pasase por aquellas tiendas de electrónica que inundaban los barrios de las ciudades de entonces, confundiera y se llevara (sin querer o queriendo) su Micro, en lugar de su Marlin. Lo mismo que en Citizen trataban de hacerlo y el que buscaba un G-Shock se llevase su SR (así lo denominaban en Citizen, de "Shock Resist") en lugar del G-Shock auténtico.

Todo esto demuestra no solo el gran poderío de la Casio de entonces, sino su éxito y su soberbia construcción, con unos módulos que eran - y son, ya lo hemos visto aquí con Seiko - de una funcionalidad y utilidad increíbles, hasta el punto de ser en digitales la marca de relojería en la que todos querían reflejarse, y sus rivales pugnaban por imitar. Hoy las cosas han cambiado mucho, pero ver modelos como éste Micro nos hace darnos cuenta del enorme peso que tenía Casio en aquellos años.

Aún así y todo hoy en día, si hablamos de relojes digitales, Casio es la única marca que queda con cierta calidad y variedad. El resto, la verdad, dan pena, porque o han desaparecido del panorama como la misma Micro, o han renunciado a ellos y tirado la toalla, como la misma Citizen.







| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

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