Todos sabemos que los relojes de metal son mas ecológicos, sostenibles y, encima, duraderos. Sus piezas aguantan mucho más y, por si fuera poco, son mucho más fáciles de limpiar e higienizar. Aún recordamos cuando, en plena pandemia, se aconsejaba su uso porque ofrecían una mayor facilidad de limpieza y sus superficies no porosas dificultaban que se asentasen los gérmenes que, en las resinas, podían hacerlo con mucha mayor facilidad.
Pero si eso no fuese ya suficiente razón para elegirlos, hace unos días nos despertábamos con la terrible noticia de que el agua de lluvia ya no es potable en ningún lugar del planeta. Que los seres humanos estamos acabando con los ecosistemas y con la vida en la tierra es un hecho más que evidente, pero que lo hiciésemos hasta esos extremos realmente da qué pensar.