"Cuando oís dar la hora
¿quién os impide pensar en la brevedad del tiempo
y considerar interiormente:
'las horas van pasando y la muerte se acerca,
corro a cada instante hacia la eternidad'?"
San Juan Bta. Ma. Vianney
Sus números e índices desaparecen de las esferas, manecillas que apenas se ven, que parezcan que no están ahí, o bien displays invertidos persiguiendo la estética, pero que casi ni se vea el tiempo. Casi que ni los dígitos aparezcan, que estén difuminados u oscurecidos. Porque hoy lo menos importante es dar la hora. La hora molesta, el tiempo es un depredador inquebrantable y hoy nadie quiere saber, sentir ni darse cuenta de que nos está devorando. ¡Devorándonos vivos!