En los años noventa Casio lanzó una serie de relojes bajo la denominación de "TIC", acrónimo de "Timber Cruiser". Para quien no lo sepa, estos profesionales se dedican a contabilizar, evaluar y supervisar los recursos madereros de un bosque. Así, los TIC eran una especie de Duro 200, pero mientras estos estaban más bien enfocados al mundo marino (con estética diver en muchos casos), los Timber Cruiser estaban enfocados al mundo forestal y de montaña.
Eran buenos relojes, todos ellos analógicos, con resistencias al agua de 200 metros, robustas cajas de acero macizo con cierre a rosca y, lo que es un valioso añadido: con display para la fecha en digital, de esta manera nos ahorramos quebraderos de cabeza a la hora de ajustarlo. Además, como en el caso del TIC-4 que nos ocupa, eran multiesferas, con cronógrafo incluido y horario 24 horas. En el display podíamos visualizar también los segundos, la hora en digital, o la alarma, a elección del usuario. La hora digital iba totalmente independiente de la analógica, por ello podíamos usarla como un segundo horario, o sincronizarla manualmente. Montaban también iluminación mediante panel electroluminiscente (EL), y su pila, una SR927W, les ofrecía una autonomía de 2 años.