El aluminio es un metal muy valorado para quienes buscan ligereza y grandes prestaciones. Actualmente se encuentra en muchos elementos de nuestra vida diaria. Cuadros de bicicleta, chasis y carrocerías de coches, son algunos de los vehículos que solemos usar y que se aprovechan de las bondades de este metal. Su resistencia a la oxidación (el aluminio no se oxida siempre y cuando no entre en contacto con otros metales, como aceros, por ello las piezas de aluminio tienen que ser lo más completas posibles), y su ligereza le hacen un metal sumamente interesante.
Hasta ahora, por desgracia, en los relojes pocas veces se podía disfrutar de él. Cierto que Casio ofrece modelos con partes de aluminio mezcladas con resina (los biseles en los SGW-100 o G-7710 son un buen ejemplo de ello), pero, por su problemática de alergias si entra en contacto constante con la piel, se evitaba su uso en cajas totalmente metálicas o en tapas de cierre.