Admito que hasta la llegada del A1000, uno tenía muy pocas posibilidades de adquirir un digital de metal. Aunque solo fuese para asegurarse el tener un reloj que sería muy duradero. O te ibas a los dificilísimos de conseguir GW-5000 (hubo personas que tuvieron que enfrentarse a las aduanas y pagar un alto precio por traerlos desde el mismo Japón), o te metías "en camisa de once varas" y lo apostabas todo por un Frogman de caja roscada. Si es que tenías muñeca para llevarlo, claro.
Solucionó un poco "la papeleta" la aparición de los GMW-B5000, pero lejos estaban aún de las posibilidades de muchas personas. Incluso la variante más asequible de los mismos, con correa de resina, tiene un precio similar al de los antaño únicos digitales de caja de acero, los mencionados GW-5000.