Me confieso un enamorado de los números romanos. Creo que para un reloj de corte clásico (como son estos) es el mejor diseño, el más agraciado estéticamente, y el más cautivador, ya que nos traslada a una época -la de los primeros modelos de relojes- en donde esa numeración estaba presente en todos lados: en puentes romanos, en catedrales, iglesias y abadías... y en números escritos en piedras y letreros. Habida cuenta de que la mayoría de la gente "común" por aquéllos siglos de la Edad Media y Renacimiento apenas sabían leer, el grafismo de los números romanos (junto con imágenes o dibujos descriptivos) era un sistema muy popular y socorrido. También tienen muchas curiosidades en torno a ellos (ya hablamos en algunas ocasiones sobre el número IIII para designar el cuatro en las esferas de los relojes), como que a veces se utilizaba una "I" más larga para evitar que se modificara la última cifra (servía el mismo propósito al carácter "#" que se introduce en los cheques, por ejemplo). También con este mismo fin podría aparecer una "J" (por ejemplo, XIIJ y no XIII, aunque significan lo mismo). Todas estas convenciones ya están bastante en desuso hoy en día, pero no viene mal conocerlas.
Estos nuevos relojes de la línea básica femenina de Casio, los LTP-1376, tienen una esfera con información exclusivamente así, en numeración romana. Pero su bonita estética no acaba ahí, porque Casio les ha añadido unas florituras trabajadas sobre el bisel de la caja. No se trata de pedrería ni de cristales Swarovski, que incrementarían notablemente su precio, sino de unos bonitos trazos en espiral que decoran el reloj sin añadirle un coste extra. Además, gracias a esto, a que están trabajadas directamente sobre el metal, no corremos el peligro de perder piedras, de que se despeguen o salten con algún golpe accidental, lo que también es un punto a favor de la estética de estos relojes.