Viene el otoño a pasos agigantados. El verano da sus últimos coletazos como el anciano que quiere marchar sin despedirse, saliendo de puntillas entre las sombras.
Viene el otoño brumoso y ocre apagando el color, atenuando la luz. Su lluvia doblega la hierba que se erguía baldía, arranca los últimos pétalos de flores, nos golpea y desliza por nuestra piel cuyos surcos enfría.