¿Os imagináis que este año Casio no hubiera lanzado ningún G-Shock? Más aún: ¿os imagináis que el próximo año lo hagan, y no lancen ningún modelo nuevo? Impensable, ¿verdad? Pues hace treinta años fue así. El año que viene se cumplen treinta años, en efecto, del primer -y único- año en que G-Shock no lanzó modelo alguno nuevo. Fue en 1986, un año en que aún los W-24, W-26 o DW-1000 triunfaban y campaban a sus anchas, y en donde G-Shock aún continuaba en la cuerda floja entre sobrevivir o desaparecer.
Un año atrás, en 1985, Casio había lanzado al mercado su primer Mudman, el DW-5500 (este 2015 se están cumpliendo los 30 años de los Mudman, por cierto, así que felicidades a todos sus seguidores y aficionados). Era el segundo intento por parte de la firma japonesa en hacer "digerible" el reloj con apariencia "plasticoide" pero con virtudes y facultades propias de los relojes de más renombre de la época (y más robustos que todos ellos, aunque al principio nadie se lo creyera). De ahí que se le denominara como G-Shock II (y con esa leyenda escrita lucía su frontal).